Porteñas | Muerte del activista senegalés
Reclamaron investigar
Organizaciones de inmigrantes africanos, de afrodescendientes y de defensa de los derechos humanos se manifestaron ayer frente a la fiscalía que investiga el asesinato del referente senegalés Massar Ba, para reclamar justicia, en el marco de las actividades por el Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial. Buenos Aires, 22 de marzo de 2016. “Estamos reclamando que se haga justicia por la muerte de este compatriota que falleció el 8 de marzo en Buenos Aires y aún no sabemos cuál es la causa: queremos que la fiscalía haga todo lo necesario para que salga a la luz todo lo ocurrido”, dijo Ndathie “Moustafá” Sene, presidente de la Asociación de Residentes Senegaleses en Argentina (ARSA), que pide ser querellante en la causa.
Como “Massar Ba no cuenta con familia en la Argentina” y Senegal no tiene representación diplomática en el país “la Asociación quiere presentarse como querellante para estar muy cerca de la investigación, aportar todos los datos pero también insistir en que se haga justicia lo más rápido posible”, agregó.
Massar Ba era un activista contra la discriminación racial y lo hallaron tirado en la calle, con gravísimas heridas, el lunes 7 de marzo en la calle México al 1400, del barrio de Monserrat, cerca de donde vivía, y horas después falleció en el Hospital Ramos Mejía.
Vivía en la Argentina desde 1995 y fue director de la Asociación Casa de África. En el último tiempo se involucró fuertemente en el conflicto de los trabajadores ambulantes con el gobierno porteño, al denunciar hostigamiento policial, persecución y robo. En febrero pasado lo habían desalojado de una casa junto a otros inmigrantes.
“Ante el crimen contra quien fuera un defensor y promotor de los derechos de los senegaleses en Argentina, reclamamos: que se esclarezcan los hechos, se investigue profundamente y se encuentre y encarcele a los culpables del crimen de Massar; que se investigue el motivo de su muerte con una perspectiva integral, antidiscriminatoria y antirracista, no descartando la violencia institucional; y que se acepte como querellante a la Asociación de Residentes Senegaleses en la Argentina para que se garantice que no quede en la impunidad y el olvido la muerte de Massar”, dice un documento presentado ante la justicia. Lo firman también Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, H.I.J.O.S Capital, Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) y Agrupación Xango, Todos por Mandela, Sociedad Caboverdeana, África Vive y la Asociación de Residentes Senegaleses en Argentina, entre otras.
LA POLICÍA ACTUÓ TARDE
En la web especializada en investigaciones criminales Cosecha Roja se denunció la tardanza del accionar policial. Publicó “El caso Massar Ba, el activista senegalés, fue caratulado por la justicia como “muerte dudosa”. En la madrugada del lunes 7 de marzo, una ambulancia lo levantó (…) Tenía la cadera dislocada, el cráneo fracturado, la cara irreconocible y varias marcas en el estómago. La policía llamó a la ambulancia pero comenzó la investigación por las lesiones 30 horas después, cuando agonizaba en el hospital. “La actuación policial fue mala. Puede deberse a una situación de violencia institucional encubierta o un aspecto discriminatorio por la etnia a la que pertenecía”, dijo a Cosecha Roja Luis Duacastella, el Defensor General Adjunto del Ministerio Público de la Defensa.
“La causa está llena de irregularidades: la policía no interviene con rapidez, faltan pruebas importantes y se perdieron días vitales para avanzar con la investigación”, dijo Florencia Mazzadi de la Asociación Cine Migrante, que integra la mesa de Cumplimiento efectivo de los Derechos Humanos de los migrantes. Ella no duda en apuntar contra la policía: “Hay una triple filiación de Massar: por la militancia en Derechos Humanos, por la pertenencia racial y las creencias religiosas [Ba era musulmán] y por su condición de inmigrante”.
Según el informe de la Fiscalía Nacional en lo Criminal de Instrucción Nº 7, dirigida por Justo Rovira, a las 4 de la mañana del lunes un oficial del Servicio Externo de la Comisaría Sexta recibió una denuncia. Un vecino del barrio llamó para avisar que había un hombre golpeado y cubierto de sangre en la esquina de México y San José. Se cruzaron comunicaciones por radio, un agente llamó al SAME y la ambulancia 306 trasladó a Massar Ba al Hospital Ramos Mejía. En ese momento se detuvo la intervención de los agentes: no se labraron actas por las lesiones que había recibido el militante senegalés.
Massar fue atendido en la guardia del hospital y después de unas horas pasó a terapia intensiva. En ese momento uno de los jefes de guardia pidió la intervención de la Comisaría Octava (que funciona en el mismo edificio de la clínica). Pasaron 30 horas desde que fue atendido por los médicos y la policía inició la investigación por los golpes. “Ese tiempo era muy importante para dar con la información que permita esclarecer lo que sucedió el lunes”, dijo Duacastella. “Se le dio tiempo a quienes hicieron esto de esconder la evidencia”, contó Florencia Mazzadi. Los médicos realizaron dos intervenciones pero Massar Ba murió desangrado por los golpes que había recibido.
La Asociación de Residentes Senegaleses en Argentina se reunió con Duacastella para observar la causa. La asociación pidió al juzgado formar parte de la querella, patrocinada por el Defensor General Adjunto el Ministerio Público de la Defensa. “¿Qué dudas hay sobre su muerte? Si un pibe de Barrio Norte aparece golpeado de esta manera hablamos de un homicidio violento”, dijo Mazzadi.
Para Duacastella, hay dos explicaciones posibles de la negligencia policial: el racismo y un caso de violencia institucional. Las organizaciones vienen reclamando que la muerte del militante senegalés sea investigada como un ataque policial. Christian Gruenberg, coordinador del programa Contra la Violencia Institucional del Ministerio Público de la Defensa, dijo a Cosecha Roja: “Reclamamos una investigación profunda porque Massar Ba era un referente y un activista antiracista. Su muerte se da en el marco del recrudecimiento de la violencia contra migrantes y vendedores ambulantes por parte de la policía. Queremos que no se descarte la hipótesis principal: violencia institucional”.
Massar llegó a Buenos Aires en 1995. Participó de casi todas la organizaciones de senegaleses en el país, entre ellas la Asociación de Residentes en la Argentina, Todos por Mandela y Xangó. No era vendedor ambulante, pero fue uno de los primeros en salir a defenderlos: en la redes sociales se lo ve en varios videos, incluso haciéndole frente a la policía. Cuando algún senegalés llegaba al país, él era al primero que conocían. Él los ayuda a conseguir un lugar e integrarse.
El 4 de febrero había sido desalojado por la policía. Vivía en una casa colectiva: habían aumentado el alquiler de 14 mil a 30 mil pesos. Massar tuvo que batallar para que lo dejaran sacar sus cosas después del desalojo. Uno de los progresos de la causa fue identificar su última residencia. Dieron con una casa en la misma cuadra donde apareció golpeado: en su habitación encontraron una computadora y un celular que están a disposición del Apoyo Tecnológico de la Policía Federal.
Las organizaciones piden que se investiguen las cámaras de seguridad, públicas y privadas de la zona, una medida que debía haber tomado la comisaría octava y no cumplió. Desde la Mesa de Cumplimiento efectivo de los Derechos Humanos de los migrantes piden que la policía no se involucre en la investigación por la muerte de Massar. “Si es un caso de violencia institucional debería investigarlo otra fuerza, como prefectura o gendarmería, no las comisarías de la zona”, dijo Mazzadi.
El presidente de la Asociación de Residentes Senegaleses en Argentina, Ndathie “Moustafá” Sene, dijo a Cosecha Roja que esperan que el juzgado acepte a la organización como querellante. “Queremos que nos reciban como parte de la querella con el patrocinio del Ministerio Público de la Defensa”, dijo. El lunes próximo los recibirá el juez Osvaldo Rappa, el mismo juez que tiene la causa de Lucas Cabello, el pibe baleado un policía de la Metropolitana.
A diez días de su muerte, todavía no hay resultados de la autopsia, el expediente tiene apenas 54 folios y falta el informe completo del hospital donde murió. “Que la causa esté titulada como muerte dudosa te dice todo”, dijo Mazzadi.
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