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La Casa de Salamanca en Buenos Aires

En la última mitad del siglo XIX y la primera del siglo XX tuvo lugar en nuestro país una importante inmigración española. La pobreza primero y luego la guerra civil fueron la causa por la que miles de personas tuvieron que dejar su tierra de origen para reconstruir sus vidas en las ciudades portuarias de América. Buenos Aires, 8 de marzo de 2016. Así llegaron a Buenos Aires emigrados de distintas comunidades, persiguiendo el sueño común de encontrar nuevas y mejores oportunidades para sus familias. En el proceso enfrentaron todo tipo de padecimientos, las circunstancias del viaje (desde la tramitación que precisaba la salida de España y la entrada en los países de llegada), y las dificultades propias del asentamiento en las sociedades de acogida. Por esto, en las primeras décadas del siglo XX, las distintas comunidades de la colectividad española fundaron instituciones de cooperación para que los inmigrantes pudieran integrarse en el país, social, económica y políticamente.

Es el caso de la Junta de Castilla y León que desde 1910 trabajó en la creación de las entidades regionales y provinciales de Castilla y León en nuestro país con el objeto de mantener viva la memoria de la emigración “al preservar algo tan valioso para nuestra sociedad, como lo es la identidad y las raíces castellanas y leonesas”, según se expresa en sus documentos. Expresión de este objetivo es la casa de Salamanca en Buenos Aires, situada en la Comuna 3 en Independencia 2540 del barrio de San Cristóbal.

Oficialmente, el Centro Salamanca (nombre de la ciudad capital de la provincia homónima de la Comunidad de Castilla y León) se fundó el 30 de Junio de 1922 y funcionaba en la secretaría del Periódico Tribuna Española, que en esa época tenía su sede en Perú 175 de esta Capital. Se lo conoció como Centro Salamantino. El 1º de Mayo de 1923 se constituyó otra sociedad de salamantinos en Buenos Aires, la Unión Mutual de Vilvestre, cuya sede social se encontraba en Combate de los Pozos 1042.

El Centro Salamantino y la Unión Mutual se fusionaron en los años 50 y el principal objetivo de ambas entidades fue la compra de la casa propia. La gran casona de la calle Independencia se adquirió el 8 de Julio de 1959 y desde entonces fue caja de resonancia de la repercusión social y cultural que la Casa de Salamanca tiene en Buenos Aires.

El Palacio Salamanca, como hoy se le conoce, es un magnífico teatro de más de mil metros cuadrados construido en los finales del siglo XIX con arquitectura de categoría en un estilo neoclásico y detalles del barroco, destacándose el frontispicio del escenario, la gran araña de bronce en el centro del auditorio y la belleza de las dependencias.

Protege un patrimonio cultural intacto que incluye un museo histórico de la inmigración y una importante biblioteca. Cada detalle expresa el proceso atravesado por los inmigrantes: salmantinos que un día decidieron cambiar sus respectivos hogares por un país lejano que ofrecía prosperidad y trabajo. La historia dice que la casa fue durante muchos años un refugio para los exiliados y un lugar de reencuentro donde recordar a la familia y sentirla más cerca. La ayuda mutua era una máxima entre “paisanos” que comenzaban una nueva vida sin querer perder sus raíces ni su identidad. Poco a poco creando una institución que hoy en día se muestra sólida y decidida a perpetuar valores de los que los salmantinos se sienten orgullosos.
Norberto Alonso

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