Porteñas | 24 de marzo

Otra vez memoria, verdad y justicia

Con el golpe de Estado del 24 de marzo de 1976 se instaló en Argentina un proceso genocida, cuyo objetivo fue la transformación de la sociedad a través del terror y el exterminio, y que implicó la violación sistemática de los derechos humanos, a través unos 500 centros clandestinos de detención, con el triste saldo de 30.000 detenidos desaparecidos, más de 500 bebés robados, miles de asesinados, presos políticos y exiliados. Este año se cumplirán 47 años de aquel día.
Buenos Aires, 14 de marzo de 2023. Para muchos, la película Argentina, 1985 recientemente estrenada, posibilitó asomarse a una historia que no vivieron por su edad. Allí se refleja cómo nuestra sociedad empezó a saldar las cuentas con su pasado, recurriendo a la justicia en vez de la venganza. Con la ley en la mano y jueces independientes que la aplicaron con todo el rigor necesario. Así se conformó el pacto democrático que sustentó la recuperación institucional de nuestro país, después de casi medio siglo de irrupciones violentas del poder militar, avasallando la voluntad popular. 

Medio siglo que se inició con la usurpación militar del poder político, derrocando al presidente Hipólito Yrigoyen el 6 de setiembre de 1930, y proscribiendo al radicalismo. Dieciséis años después, con la primera victoria electoral del peronismo el 24 de febrero de 1946, se recuperan las instituciones democráticas. 

Pero las transformaciones de la sociedad argentina que impulsó el peronismo resultaron intolerables para las élites que promovieron su desalojo violento mediante otro alzamiento militar en 1955. Fue el tiempo de la proscripción del peronismo y de la violencia política en el país. La lucha popular posibilitó el retorno del peronismo al gobierno mediante elecciones libres el 11 de marzo de 1973 y el regreso de Perón al país y a la presidencia más tarde. La muerte de Perón y el accionar de las bandas parapoliciales de la Triple A, anticiparon el nuevo golpe de estado, el más criminal de toda nuestra historia.

En estos días peligra la democracia otra vez. El presente, más que nunca, requiere la memoria completa de nuestra verdad histórica y reclama una verdadera justicia, que no esté al servicio de los poderosos, como ahora se exhibe impunemente. El intento criminal contra la vida de la vice presidenta de la República permanece impune, con una justicia reacia a indagar en sus autores intelectuales, mientras se pretende privarla de sus derechos políticos. Ya recorrimos ese camino. Quiera el pueblo no volver a tropezar con esa piedra.


Compartir nota en las redes sociales Enviar Imprimir

Dejanos tu comentario