Editorial | Interna macrista

Ganó Larreta

El Jefe de Gobierno porteño ganó su primera batalla, en el camino a consagrarse como el candidato presidencial de su espacio en 2023. Le impuso al ex presidente Macri su visión sobre el armado de la oferta electoral en la ciudad y quizás también en la provincia, al tiempo que extiende su proyección nacional. Todo hace presumir que en el cierre de listas para las próximas elecciones legislativas, los nombres de Vidal y Santilli estarán donde quería Larreta.
Buenos Aires, 6 de julio de 2021. Por el momento se desconocen los costos que esta victoria implica, salvo que en lo inmediato Macri abandonó el campo de batalla y Patricia Bullrich renunció a sus aspiraciones. Más allá de las quejas radicales por ser empujados a un lugar secundario en la coalición por el protagonismo de los tira y aflojes dentro del PRO, la derecha se mantiene agrupada. ¿Podría cambiar eso? 

No por ahora. Aunque este año era una excelente oportunidad para que ocurra. No se define nada decisivo, por mucho que algunos de sus voceros pretendan dramatizar la elección y aseguren que está en riesgo la democracia. Lo que está en peligro en realidad es el poder residual que detentan y que les posibilitó hasta ahora torpedear en Diputados las iniciativas del nuevo gobierno nacional, en especial, las relativas a la depuración del Poder Judicial que habían colonizado durante la gestión Macri. Por esa razón no habrá internas o se ceñirán a espacios secundarios. Necesitan preservarse como alternativa del Frente de Todos.

Bullrich es la vocera del sector más radicalizado del PRO y converge con los nostálgicos de la dictadura militar. Desairada en su pretensión de encabezar la oferta de Juntos por el Cambio en la ciudad, su sector tendrá que ser contenido por Larreta en unas listas que no alcanzan para todas las aspiraciones. 

Pero haber ganado una pulseada no quiere decir que terminó el juego. Ahora viene lo más importante. Larreta debe demostrar en las elecciones que sus apuestas brindan dividendos suficientes a la coalición, como para que acepten promoverlo a la candidatura presidencial a la que aspira. Por las dudas, Bullrich avisó que no renunció a ser ella la candidata y que recorrerá el país para darle sustento a esa perspectiva.
 
Las encuestas complican el panorama. De momento, parece difícil que Juntos por el Cambio retenga en la ciudad todo el enorme poder que logró acumular. Vidal está por debajo de los sesenta puntos que serían necesarios para que el oficialismo porteño no perdiera bancas en la Legislatura local. Podría ocurrir un milagro, pero resta que la sociedad digiera la nueva mudanza de la ex gobernadora, hasta ayer “orgullosamente bonaerense”.  

Concentrados en su juegos de poder, la mayoría de los dirigentes de la oposición no tienen casi tiempo de ocuparse de los problemas que afectan a la mayoría, salvo para endilgárselos todos a la actual gestión, como si no hubiesen gobernado, mientras critican lo que bien o mejor hace la gestión del Frente de Todos para ir resolviéndolos uno a uno. El espectáculo de sus diferencias les sirve, sin embargo, para esconder que no tienen propuestas superadoras para ofrecer en la competencia democrática.

                          Lic. Gerardo Codina



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