Historias de nuestra comuna | Historia de la explotación sexual

La Zwi Migdal y su red del Once

La explotación sexual de mujeres jóvenes judías traídas de Europa del Este se inició en Argentina a fines del siglo XIX. La Zwi Migdal, una red de delincuentes y rufianes que se fundó originalmente en 1906 bajo la fachada del nombre “Sociedad Israelita de Socorros Mutuos Varsovia”, fue la mayor organización judía de proxenetas de la Argentina. Funcionó en un palacio de Avenida Córdoba al 3200, un edificio de dos plantas que cobijaba sinagoga, salón de fiestas, bar, comedor y sala de velatorios.
Buenos Aires, 13 de setiembre de 2022. Cuando esta red hacía fabulosos negocios en Argentina a principios de siglo XX, sus mejores aliados eran jueces y policías, la Dirección de Migraciones y la de Sanidad. El apogeo de la Zwi Migdal se dio en la década de 1920, con 430 proxenetas que controlaban 2000 burdeles y 4000 mujeres. 

La red traía mujeres adolescentes de Europa, reclutadas en pequeñas  aldeas de Rusia y Polonia, con promesas engañosas de casamiento o trabajo y que hablaban idish o polaco. Al llegar a Buenos Aires, las mujeres eran encerradas en los burdeles bajo la custodia de los rufianes quienes se apropiaban de ellas cual objetos para someterlas y explotarlas. 

Una de ellas fue Perla Pezelorska. Nacida en Polonia, a los 14 años viajó a Buenos Aires para trabajar, con el acuerdo de sus padres cansados de los pogromos y la miseria. La familia sufrió un engaño organizado entre un empleado de Aduana en Gdansk, el puerto del que Perla partió y Arnaldo Neiman, el hombre de la promesa de trabajo como empleada doméstica de una rica familia judía, que la esperaba en Buenos Aires.

Perla estuvo veintisiete días secuestrada en un prostíbulo cerca de Plaza Miserere, uno de los feudos de Zwi Migdal.  El rufián Neiman y su mujer eran los encargados de esconder la llave de la jaula en la que vivía hacinada y mal alimentada. La joven creyó morir ahí, como veía morir a todas sus compañeras, viejas o recién llegadas, hasta que un día de 1926, pudo tirar a la calle desde una de las ventanas del burdel un papel de auxilio escrito en idish. Alguien descifró el pedido y Perla  fue liberada, aunque debió vivir por siempre oculta en Buenos Aires. 

El diario Mundo Israelita del 9 de octubre de 1926, refirió en su editorial la historia de Perla,  exigiendo a las autoridades que tomaran medidas para terminar con el proxenetismo. Pero la fuerza policial estaba sumergida en la corrupción y los únicos que perseguían o al menos marginaban a los integrantes de la Zwi Migdal estaban dentro de la comunidad judía que los había expulsado de las asociaciones mutuales y de crédito y les prohibía la entrada a los teatros, sinagogas y cementerios. 

Tres años después de la liberación de Perla, otra inmigrante polaca aunque nacida en Rusia, que llegó a Buenos Aires a los 18 años y fue víctima cautiva de Zwi Migdal durante más de once años en un famoso burdel ubicado en Valentín Gómez 2888 y logró escapar,  pudo contar su historia en la Comisaría 7ª. Era Raquel Liberman y su denuncia permitió que el juez Manuel Rodríguez Ocampo se hiciera cargo de la investigación. Todo terminó con gran cantidad de detenidos y el allanamiento de la sede central de la Zwi Migdal el 30 de mayo de 1930.

                                                                                                                  Norberto Alonso


Compartir nota en las redes sociales Enviar Imprimir

Dejanos tu comentario