Comunales | Tragedia de Cromañón
Cuando el rock perdió la inocencia
A 21 años de Cromañón, una jornada de memoria, reclamo y homenaje volverá a ocupar las calles de Buenos Aires. Desde una misa en la Catedral Metropolitana, una marcha desde Plaza de Mayo, un acto homenaje en el Estadio Malvinas Argentinas de Paternal y un acto central en el Santuario de Once, además de intervenciones artÃsticas y actividades culturales en distintos puntos de la ciudad, se realizarán para mantener vivo el recuerdo de la infausta jornada y denunciar lo que la hizo posible. Buenos Aires, 30 de diciembre de 2025. Veintiún años después de la noche que marcó para siempre a la sociedad argentina, familiares, sobrevivientes y organizaciones sociales volverán a reunirse este martes para recordar a las 194 vÃctimas de la tragedia de República de Cromañón y a las más de 1.400 personas que resultaron heridas durante el recital de Callejeros del 30 de diciembre de 2004. La jornada, atravesada por el dolor persistente, la memoria activa y el reclamo de justicia, incluirá una misa en la Catedral Metropolitana, una marcha desde Plaza de Mayo, un acto homenaje en el Estadio Malvinas Argentinas de Paternal y un acto central en el Santuario de Once, además de intervenciones artÃsticas y actividades culturales en distintos puntos de la ciudad.
Las actividades comenzarán a las 18 con una misa en la Catedral, un espacio que desde hace años se convirtió en punto de encuentro para familiares que sostienen que la dimensión espiritual también forma parte del proceso de reparación colectiva. Desde allÃ, a las 19.30, cientos de personas iniciarán la marcha hacia el Santuario de Cromañón, ubicado en Mitre y Ecuador, a metros de la estación Once y de Plaza Miserere, donde a las 20.30 se realizará el acto principal con lecturas, intervenciones artÃsticas y un momento de homenaje a cada una de las vÃctimas.
En paralelo, la organización No nos Cuenten Cromañón impulsará actividades culturales en la intersección de Mitre y Ecuador, donde se presentarán Sebas Fernández, Ferni y el grupo Vamos Negrita, y también en el estadio Malvinas Argentinas del barrio de La Paternal, donde otros artistas se sumarán a la jornada conmemorativa para acompañar el reclamo de memoria, verdad y justicia.
La noche que cambió la historia del rock argentino
El 30 de diciembre de 2004, a menos de dos minutos de iniciado el recital de Callejeros, una bengala encendida por un asistente prendió fuego la media sombra del techo, un material inflamable y prohibido. Aunque las llamas se apagaron rápidamente, el humo negro y tóxico se expandió por el boliche y provocó asfixia en cientos de personas que intentaron escapar en medio de la oscuridad, el pánico y la falta de salidas habilitadas.
En el local habÃa más de 4.500 personas, pese a que la habilitación permitÃa un máximo de 1.031 asistentes. La sobreocupación, la ausencia de controles, las salidas de emergencia cerradas con candado, la falta de matafuegos operativos y la inexistencia de un plan de evacuación fueron factores determinantes en el desenlace fatal. Con el paso de los años, 17 sobrevivientes se quitaron la vida, un dato que las organizaciones vinculan a la falta de acompañamiento estatal y a las secuelas fÃsicas y psicológicas que dejó la tragedia.
Cromañón era un espacio emblemático para el rock argentino, un escenario donde decenas de bandas emergentes daban sus primeros pasos. Callejeros, que se encontraba en pleno ascenso, habÃa convocado a miles de seguidores para un show que debÃa cerrar el año. La fiesta se transformó en tragedia en cuestión de segundos, y desde entonces la fecha quedó grabada como uno de los episodios más dolorosos de la historia cultural del paÃs.
Responsabilidades, juicios y condenas
La causa judicial por Cromañón se convirtió en uno de los procesos más complejos y extensos de la historia argentina. A lo largo de cuatro juicios, se investigaron responsabilidades penales de empresarios, funcionarios, policÃas y músicos.
En 2007, fueron condenados integrantes de la Superintendencia de Bomberos por recibir coimas vinculadas a la habilitación del local. En 2008, llegaron al juicio oral Omar Chabán, su mano derecha Raúl Villarreal y otros imputados. Los músicos de Callejeros fueron absueltos en esa instancia, pero en 2011 la Cámara de Casación revocó esas absoluciones y consideró a la banda coorganizadora del recital, lo que derivó en nuevas condenas.
En 2012, se juzgó nuevamente al dueño del boliche, a un comisario, a exfuncionarios y al responsable del Servicio de Seguridad Privada. Finalmente, el ex inspector porteño Roberto Calderini fue condenado por cobrar coimas para habilitar el local.
En el plano polÃtico, el entonces jefe de Gobierno porteño, AnÃbal Ibarra, fue destituido mediante un juicio polÃtico en la Legislatura, acusado de responsabilidad polÃtica por las fallas en los controles y la habilitación del local.
Memoria activa y reclamos que persisten
A 21 años de la tragedia, Cromañón sigue siendo una herida abierta. Para los familiares y sobrevivientes, la memoria no será solo un ejercicio de recuerdo, sino una forma de militancia que busca evitar que una tragedia similar vuelva a ocurrir. El Santuario de Once, construido colectivamente, se consolidará como un espacio de resistencia, duelo y encuentro, donde cada año se renovará el compromiso de mantener viva la memoria de quienes murieron y de acompañar a quienes sobrevivieron. En tanto que, desde el colectivo No Nos Cuenten Cromañón (NNCC) convoca al Acto Homenaje a las VÃctimas y Sobrevivientes 2025, que se realizará también hoy a las 17 en el Estadio Malvinas Argentinas de La Paternal en el marco de una Jornada Solidaria, reafirmando el valor de la memoria colectiva y la solidaridad como ejes centrales.
Las actividades culturales previstas, tanto en Mitre y Ecuador como en el estadio Malvinas Argentinas, buscarán ampliar el alcance del homenaje y sumar nuevas generaciones al ejercicio de memoria colectiva. La música, que aquella noche fue escenario de la tragedia, se transformará hoy en un vehÃculo de acompañamiento y reparación simbólica.
La jornada de este martes volverá a poner en primer plano la exigencia de responsabilidades estatales, el pedido de acompañamiento integral para los sobrevivientes y la necesidad de polÃticas públicas que garanticen condiciones de seguridad en espacios culturales y recreativos. Para muchos, Cromañón no es solo un hecho del pasado: es un recordatorio permanente de lo que ocurre cuando la desidia, la corrupción y la falta de controles se combinan con la vulnerabilidad de miles de jóvenes que buscan disfrutar de la música y la cultura.
A dos décadas y un año de la masacre, la memoria seguirá siendo un acto de justicia.
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