Porteñas | Presupuesto 2026

El desafío de juntar votos

El proyecto de Presupuesto 2026 de la ciudad se encuentra en pleno proceso de tratamiento legislativo, en un contexto político marcado por la fragmentación de los bloques tradicionales y la consolidación de nuevas alianzas. El PRO busca su aprobación antes de que finalice el actual período de sesiones ordinarias, lo que ha activado una serie de negociaciones con los distintos sectores políticos representados en la Legislatura. Buenos Aires, 11 de noviembre de 2025. El presupuesto fue presentado formalmente el 13 de octubre por el ministro de Hacienda y Finanzas, Gustavo Arengo, quien expuso los lineamientos generales ante los legisladores. El cálculo de gastos y recursos se elaboró sobre la base de las variables macroeconómicas que el gobierno nacional había difundido semanas antes, el 15 de septiembre. A partir del 14 de octubre comenzaron las jornadas de debate en comisión, con la participación de distintas áreas del gobierno porteño. 

El proyecto prevé un equilibrio fiscal por quinto año consecutivo, con un superávit estimado en seis mil millones de pesos. Uno de los ejes centrales es la inversión en obra pública, que representa el veinte por ciento del gasto total. Entre las iniciativas destacadas figura el inicio de la construcción de la línea F de subterráneos, junto con mejoras en infraestructura educativa. El presupuesto también contempla ajustes en el impuesto de Alumbrado, Barrido y Limpieza (ABL), que se actualizará únicamente por inflación, y mantiene beneficios fiscales para jubilados, pensionados y personas con discapacidad.

Desde el oficialismo, el PRO defiende el proyecto como una continuidad de la política fiscal responsable que caracteriza a la gestión porteña. El jefe de Gobierno Jorge Macri ha insistido en que el modelo de administración financiera de la Ciudad debe mantenerse, incluso en un contexto nacional de incertidumbre económica. Por su parte, Unión por la Patria y sus bloques aliados han manifestado reparos sobre la distribución del gasto, especialmente en áreas sociales. Legisladores de este espacio cuestionan la reducción de partidas en salud y educación, y exigen mayor claridad sobre el financiamiento de las obras anunciadas. En sus intervenciones en comisión, han advertido sobre el impacto que podrían tener los ajustes tributarios en los sectores más vulnerables.

Nueva correlación de fuerzas

El escenario político en la Legislatura porteña ha cambiado significativamente desde las elecciones de 2025. Juntos por el Cambio dejó de funcionar como bloque unificado, y el PRO, aunque mantiene la conducción del Ejecutivo, ya no actúa en tándem con la UCR ni con la Coalición Cívica. Estos espacios operan ahora como bloques separados, con posturas más críticas frente a la gestión de Jorge Macri. En este nuevo mapa político, el Presupuesto 2026 representa el primer test legislativo de la alianza entre el PRO y La Libertad Avanza, que se consolidó tras su victoria conjunta en las elecciones locales, bajo el liderazgo libertario.

La Libertad Avanza ha adoptado hasta el momento una postura de bajo perfil durante el tratamiento del presupuesto. Sin embargo, la alianza con el PRO enfrenta tensiones internas, especialmente en lo que respecta al enfoque del gasto social y la inversión en infraestructura. Mientras el PRO busca sostener ciertos niveles de inversión pública, LLA exige mayor austeridad y recortes más profundos. La negociación entre ambas fuerzas incluye temas sensibles como la reforma impositiva y la orientación general del gasto.

Los bloques minoritarios también juegan un papel clave en el debate. La UCR-Evolución, aunque comparte parte del ideario fiscalista del oficialismo, ha manifestado reparos sobre la reducción del gasto en educación y salud. Sus legisladores exigen mayor transparencia en la ejecución presupuestaria y en la asignación de subsidios. La Coalición Cívica, por su parte, se muestra crítica del acuerdo entre el PRO y LLA, especialmente por el impacto social de los recortes. Podría abstenerse o votar en contra si no se incorporan cambios sustanciales en el proyecto.

El Frente de Izquierda rechaza el presupuesto por considerar que profundiza el ajuste en áreas sensibles. Denuncian una “privatización encubierta” de servicios públicos y señalan que el gasto en educación se reduce un 3,5 por ciento, mientras que el de salud cae un 2,7 por ciento. Unión por la Patria, en tanto, plantea una oposición frontal. Sostienen que el Presupuesto consolida un modelo regresivo y excluyente, y critican la falta de inversión en políticas de inclusión y vivienda.

Para aprobar el presupuesto, el oficialismo necesita al menos 31 votos sobre un total de 60. El PRO cuenta con unos 20 legisladores propios, y con el apoyo de los 9 de La Libertad Avanza se acerca al objetivo. El resto dependerá de acuerdos con bloques menores o de abstenciones tácticas que permitan alcanzar la mayoría simple. En este marco, la estrategia del Ejecutivo incluye negociaciones “voto a voto” con sectores dialoguistas, la incorporación de partidas específicas para comunas y programas sociales, y la decisión de evitar medidas impopulares como subas de impuestos, manteniendo el ajuste vía inflación y recorte real del gasto.

El resultado del debate legislativo no solo definirá el rumbo financiero de la Ciudad para el próximo año, sino que también pondrá a prueba la solidez de las nuevas alianzas políticas y la capacidad del oficialismo para construir consensos en un escenario fragmentado.

                                Martín Pérez Díaz



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