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El deterioro no para

A fines de junio la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE), junto a la Multisectorial por la Escuela Pública, presentaron un Mapa del Frío en las escuelas de la ciudad. Además de la falta de calefacción, la presencia de ratas, el deterioro edilicio, los baños clausurados, las obras inconclusas, la falta de agua o electricidad, entre otros problemas, son una realidad en muchos de los edificios escolares dependientes del gobierno porteño.
Buenos Aires, 12 de julio de 2022. El 27 de junio en las puertas de la Escuela Normal N° 4 de Caballito, la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE) y la Multisectorial por la Escuela Pública, presentaron el Mapa del Frío en las escuelas de la ciudad, con presencia de representantes de los distintos sectores de la comunidad educativa. Por desgracia, no es una novedad. Hace años que se vienen denunciando los problemas de infraestructura en las escuelas públicas de la ciudad. 

“Es un resultado de las políticas de desinversión en educación que Macri y Larreta llevaron a cabo durante los últimos 15 años”, señalan. “Las consecuencias están a la vista y forman parte de la vida cotidiana de nuestras escuelas: filtraciones, caídas de mampostería, calderas que no funcionan, baños clausurados, falta de suministro eléctrico y de agua, estado de abandono y obras inconclusas, entre otras. Cuestiones que afectan las condiciones de enseñanza y aprendizaje y que ponen en riesgo la salud de quienes integran la comunidad educativa”, afirman. 

Algunos ejemplos

El 8 de julio la escuela 26 DE 6, República de Colombia, ubicada en Garay 3972, debió suspender las clases porque el gobierno no garantizó la higiene en el establecimiento. Esta situación se repite cada semana llegando al extremo de padecer en más de una oportunidad la presencia de roedores dentro del comedor escolar. Sucede que la falta de auxiliares de portería y cuadrillas de limpieza es una constante, porque no se cubren las vacancias generadas por jubilación y se rescindieron los contratos de la empresa tercerizada desde el 1º de junio. Así están los chicos que “cayeron” en la educación pública, quienes deben pagar las consecuencias con la pérdida de días de clases.

Unos días antes, el 4 de julio, se conocía que con las lluvias de la semana anterior, en la Escuela de Cerámica N° 1 (Bulnes 45, Almagro) se hicieron visibles las grandes goteras y el colapso de los desagües. No fue apenas humedad. Esto dañó valiosos calcos, armarios y estantes con material de trabajo y diversas producciones de lxs estudiantes, que hacen al patrimonio de la escuela. Los trabajadores del lugar afirman que la institución necesita una urgente ampliación y la inmediata reparación de aulas y talleres. Desde 2019, cuando se intentó en forma inconsulta y prepotente el traslado al edificio de la actual ESEA Rogelio Yrurtia hasta hoy, La Escuela no tuvo propuestas de mejoras edilicias. 

En nuestra Comuna, docentes y alumnos de la Escuela Mariano Acosta, Urquiza 277, realizaron  el 29 de junio un frazadazo en la entrada principal del edificio para exigir el arreglo de la caldera de la institución que, al estar rota, no puede calefaccionar las aulas. Con la consigna “con frío no se puede estudiar”, estudiantes y profesores reclamaron por las condiciones en los que se los obliga a realizar su tarea escolar, en una escuela más que centenaria que refleja la importancia que tuvo la educación pública para la generación del 80. 

El palacio que ocupa desde 1889 fue diseñado por el arquitecto italiano Francesco Tamburini, entonces Director de Arquitectura de la Nación y autor del proyecto de la Casa Rosada y de los planos originales del Teatro Colón. A diferencia de aquellos, los actuales gobernantes no piensan en la grandeza de la Nación y cómo se cimienta en la educación de las nuevas generaciones.

Un problema general

No se trata solo de problemas que afectan a algunas escuelas. De acuerdo con el relevamiento efectuado por la Multisectorial por la Escuela Pública, 201 edificios escolares porteños tienen problemas sobre un universo de 950. Esto quiere decir que más del 20% de los edificios escolares de la ciudad tienen déficits estructurales que afectan las condiciones de enseñanza-aprendizaje. La mayoría tiene, como mínimo, problemas para garantizar la calefacción. A su vez coexisten otras problemáticas. Por ejemplo, las escuelas que tienen problemas en el suministro eléctrico, suelen tener problemas para garantizar el servicio de agua potable dado que sin electricidad no funcionan las bombas de agua. A su vez, hay escuelas en las que las filtraciones generan problemas en la instalación eléctrica.

Además de la ausencia de calefacción, los principales problemas denunciados son falta del suministro de agua y electricidad, caídas de mampostería y de techos, baños inhabilitados, filtraciones generalizadas, sectores inhabilitados, problemas de conectividad, mal funcionamiento de ascensores y presencia de ratas. 

La razón principal de estas circunstancias, además de la desidia de los responsables, como denuncia UTE, es que el presupuesto educativo en la ciudad viene en caída libre en los últimos once años. En 2010 era del 27,09% del total, empezando durante la gestión de Macri una baja que llega al 17% bajo la gestión de Larreta. Asimismo también baja el presupuesto en infraestructura escolar y, encima se subejecuta. Por ejemplo, este año durante los primeros tres meses se ejecutó sólo el 10% del mismo. En cuanto al mantenimiento escolar, se ejecutó tan sólo el 9%. Todo indica que este año habrá una subejecución de más del 50% del presupuesto de infraestructura y mantenimiento escolar. Así, ni siquiera se utiliza el dinero disponible de un presupuesto menguante año tras año. Una señal clara de que la escuela pública no es una prioridad para el PRO.

                         Norberto Alonso


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