Buenos Aires, 4 de enero de 2022. El Metrobus del Bajo II permitirá la conexión con otros medios de movilidad y distintos hitos turísticos como el subte (líneas A, B, C, D y E), el ferrocarril Mitre y San Martín, la Terminal de Combis Madero, el Microcentro Peatonal, la Ecobici, el Hospital Argerich, la Usina del Arte, el Parque Lezama, el club Boca Juniors, la autopista Buenos Aires-La Plata y la autopista 25 de Mayo. A partir del proyecto, se verán involucradas diecinueve líneas de colectivo: 4, 8, 25, 29, 33, 53, 61, 62, 64, 74, 86, 93, 129, 130, 143, 152, 159, 168 y 195. Los vecinos que las utilizan tendrán una reducción en el tiempo de viaje de hasta 30 por ciento.

 

“Vamos a conectar los barrios de La Boca y Barracas con San Telmo y el centro de la Ciudad. Más de 250 mil vecinos y vecinas beneficiadas”, dijo el jefe de Gobierno durante la presentación de la obra, en la que por supuesto no se hizo referencia a los inmuebles que se demolieron para posibilitarla: el edificio Marconetti y la Escuela Taller del Casco Histórico.

Ubicado en Paseo Colón 1580, el edificio Marconetti fue demolido en 2018. Según se expresa en una nota del diario Clarín del 1 de enero de 2019, “… Había que tirarlo abajo para ensanchar la avenida y llevar los carriles para colectivos hasta La Boca. Pero todavía no está definido cuándo se hará ese proyecto…”.

Pese a la resistencia de la comunidad educativa y los vecinos y vecinas, el Gobierno de la Ciudad también demolió la Escuela Taller del Casco Histórico, dedicaba a la enseñanza de artes y oficios ubicada en la avenida Brasil esquina Paseo Colón, en el barrio de San Telmo.

El inicio del conflicto por la Escuela Taller del Casco Histórico se remonta a 2019. Ese año, a los estudiantes de la institución se les notificó que el GCBA planeaba demolerla para abrir paso a la extensión del Metrobus, sin garantizar un nuevo edificio. Entonces, presentaron una acción de amparo junto al Observatorio del Derecho a la Ciudad y la Justicia ordenó detener la demolición “hasta tanto se encuentre efectivamente disponible otra sede”. En julio pasado se concretó la mudanza a un edificio ubicado en Alsina 963 y la Justicia levantó la medida cautelar que suspendía la demolición, dejando el camino libre al Gobierno de la Ciudad para que finalmente derribe el inmueble. El cartel que anunciaba la “demolición total” apareció a los pocos días. 

Para los vecinos organizados en la defensa del histórico edificio, éste era el último vestigio arquitectónico de los años 1900 en pie en esas cuadras. “La traza del  Metrobús podía avanzar sin derribarlo. Es una excusa para demoler la obra, vender el predio y seguir construyendo edificios de altura para continuar la hilera de nuevas construcciones que ya hay en Paseo Colón”, expresaron. 

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