Buenos Aires, 13 de setiembre de 2022. Cómo convertir una calle “boca de lobo” en un camino agradable y seguro para recorrer el Abasto. Con esta premisa y luego de encuentros con vecinos, el Gobierno porteño impulsa un proyecto para convertir a Agüero, entre Perón (a la altura del Parque de la Estación) y el Pasaje Zelaya (en torno al Abasto Shopping) en una arteria con veredas anchas, áreas verdes, murales y hasta guirnaldas lumínicas con versos de un poema escrito por el vecino y artista Fernando Noy.

Para entender cómo se llegó a esta iniciativa, hay que remontarse a los últimos meses de 2020. En ese entonces, cuando se aplicaban las primeras flexibilizaciones al aislamiento social ante la pandemia de Covid-19, nació el programa Abasto Barrio Cultural del Ministerio de Cultura porteño. Se propuso como una acción conjunta con vecinos y fuerzas vivas locales para potenciar y articular las movidas artísticas locales.

En el contexto de las primeras flexibilizaciones, mediante este programa los espacios culturales pudieron hacer cortes callejeros los fines de semana para realizar espectáculos al aire libre. Eran tiempos donde los teatros y cines estaban cerrados para prevenir contagios. Así se organizaron convocatorias, festivales, reuniones y demás propuestas. Por caso, la Fiesta Abasto, que se hace al menos tres veces por año, cuando la calle Agüero se vuelve peatonal y se instalan varias propuestas artísticas, una feria gastronómica o espectáculos musicales.

En 2021 se hizo el mapeo del patrimonio material e inmaterial del Abasto. Meses más tarde, esta acción incluyó jornadas en el Parque de la Estación donde se habló con vecinos y referentes culturales sobre territorios problemáticos en la zona. Funcionarios del área de Cultura del GCBA analizaron los datos y concluyeron que existía una zona muy degradada e insegura para transitar limitada por la avenida Corrientes, las vías del tren Sarmiento, Bustamante y Pueyrredón. “Calles inseguras y evitadas, sobre todo de noche”, definían.

En las reuniones se sugirió una mayor seguridad en los pasos bajo nivel como en Anchorena y en Jean Jaurès. No obstante, desde el GCBA aseguran que esos lugares son de jurisdicción nacional. Entonces, se abogó por intervenir en una arteria que resultó central: la calle Agüero, que corta en Perón frente al Parque de la Estación y se extiende hacia el norte, pasando por el frente del Abasto Shopping y por el Pasaje Zelaya. En su entorno hay muchos teatros, bares y demás espacios sociales.

Desde Abasto Barrio Cultural, se proyectó la obra de Agüero, presentándola en público el jueves 11 de agosto en la Biblioteca del Parque de la Estación. Allí dijeron que la intervención -que esperan iniciar en breve para inaugurar en el primer semestre de 2023- se extenderá a lo largo de siete cuadras entre Zelaya y Perón. Se ensancharán las veredas y se harán unos 450 metros cuadrados de jardines. Se achicará el espacio de circulación vehicular, pero los autos podrán desplazarse y se respetarán los estacionamientos. 

También se repararán unos 1.600 metros cuadrados de solados (veredas) y se hará la adecuación lumínica de unas 40 farolas. Hay que sumar la creación de seis murales en frentes de inmuebles de relevancia territorial como el mayorista Vital o el complejo deportivo Open Gallo. En cuanto al poema lumínico, Fernando Noy lo escribió exclusivamente para esta intervención artística, que se desarrollará entre Perón y Corrientes. “El Abasto tiene una enorme y diversa trayectoria”, indicó el célebre vecino.

Fernando a lo largo de más de cinco décadas cimentó una trayectoria como poeta, performer, referente de la movida contracultural de los años ochenta, actor y referente cultural. También es nieto del “Noy del Abasto”, malevo presente en la obra de Enrique Cadícamo y Jorge Luis Borges. “Este es un poema del Abasto, que surge para sí mismo. Menciona a Carlos Gardel, a Luca Prodan, a Batato Barea (vecino y poeta)”, indicó sobre la propuesta poética para el cielo de la calle Agüero. 

Al recorrer la zona, surgen algunos interrogantes sobre cómo se podrá ejecutar la obra en plena armonía con los vecinos y trabajadores de la zona. Por caso, sobre Agüero casi esquina Sarmiento hay un garage en cuyo frente hay una gran flota de taxis estacionados. Del mismo modo, en varias esquinas hay ranchadas y carpas precarias de recuperadores urbanos furtivos, es decir, quienes acampan de forma intermitente mientras acopian grandes cantidades de reciclables.

Más hacia el norte, el paredón de Open Gallo cubre casi toda la cuadra y luego continúan las viviendas particulares. La esquina de Agüero y Corrientes es una de las más embotelladas del Abasto, en particular los fines de semana. En muchos casos esto se produce porque se arman extensas hileras entre quienes estacionan en doble fila por Corrientes frente al shopping y quienes hacen cola sobre Anchorena para ingresar al garage del centro comercial. 

La Secretaría de Tránsito y Transporte de la CABA planificó la construcción de varias Calles Verdes. Pensó convertir el segmento de Bustamante, entre Díaz Vélez y Corrientes, para sumar 2.500 metros cuadrados de espacio verde público, pero la idea quedó descartada. Algunas de estas obras generaron el rechazo vecinal, como en Fernández de Enciso en Villa Devoto y Castro en Boedo. Otras, como Vera en Villa Crespo o Triunvirato en Villa Urquiza, avanzan sin mayores sobresaltos.

Juan Castro

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