Buenos Aires, 4 de agosto de 2020. Más allá del número de camas equipadas con la aparatología requerida para atender los casos graves, como es el caso de lo respiradores mecánicos, faltan profesionales entrenados. Entre otras cosas, por los que se han contagiado o deben permanecer aislados hasta saber si se han enfermado. También los trabajadores que no han enfermado están llegando al límite de sus capacidades, debido a la continua intensificación de las labores ante la creciente afluencia de pacientes. El cansancio, el estrés y el descontento con las malas condiciones de trabajo también inciden en la posibilidad de dar respuesta al desafío del momento. 

En este marco, el sistema sanitario “está entrando en un punto de saturación”. En este sentido se enmarcan los datos difundidos en las últimas horas por la Asamblea de Residentes y Concurrentes de CABA, quienes denuncian que de las 450 camas que el Gobierno de la Ciudad declara tener disponibles, en realidad se encuentran operativas 274, y que las mismas ya fueron ocupadas en su totalidad. “Al menos 16 pacientes graves están internados fuera de las Unidades de Terapia Intensiva, en shockroom, guardia, Unidad Coronaria, etc”. Y agregaban otro dato inquietante: “el 47% de los Hospitales que tienen camas de terapia intensiva, al 22 de Julio contaban con una ocupación del 100%”.

Esto era corroborado por Jorge Yabkowski, Secretario General de la Federación Sindical de Profesionales de la Salud (FESPROSA), que dijo en relación a la situación específica de la ciudad que “la disponibilidad real de camas de terapia intensiva en el sistema no pasa del 10 al 14%”, por lo cual alertó que “estamos en el 86 al 90% de ocupación”.

Y agregaba: “Existen dificultades en todo el AMBA para la habilitación de camas suplementarias con personal en vías de capacitación, dado que la disminución de trabajadores por contagios y aislamientos no cesa de aumentar. Al igual que en Italia y España los establecimientos sanitarios desbordados se han convertido en lugares de alta circulación viral.”

Por su parte, la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI) el pasado 21 de julio en un informe reservado indicaba que el porcentaje de camas libres en la ciudad era de 14.72% (14.39% de las públicas y 14.89% de las privadas)”. Sin embargo, el vicejefe de gobierno Diego Santilli insistía en que se disponían de 400 camas de terapia intensiva y que sólo estaban ocupadas 275.

Tranquilizar a la población con verdades a medias no promueve las medidas de autocuidado necesarias para colaborar en evitar el desborde tan temido, mientras se espera que amaine el temporal o llegue algún remedio para esta infección tan peligrosa. La responsabilidad de los gobernantes es no jugar con fuego.

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