Sociedad | La motosierra en salud

La crueldad como política

Milei se ha propuesto destruir mucho de lo bueno que ha hecho el Estado argentino a lo largo de su historia. Junto a los recortes en cultura, universidades nacionales, investigación científica e institutos técnicos de apoyo a las actividades productivas, el ataque a los discapacitados y jubilados, el desmantelamiento de la salud pública es un ejemplo perverso de sus políticas. El Hospital Garrahan es un emblema de toda la furia libertaria. Buenos Aires, 15 de julio de 2025. El Hospital Garrahan, uno de los centros pediátricos más prestigiosos de Argentina, atraviesa una grave crisis institucional y laboral. El conflicto se intensificó tras la designación del neurocirujano Mariano Pirozzo como nuevo director médico, una figura cuestionada por su falta de especialización en pediatría y por antecedentes de despidos masivos en otros hospitales públicos, como el Laura Bonaparte, donde se desempeñó últimamente.

Los trabajadores del Garrahan, nucleados en gremios como ATE y la Asociación Civil y Gremial de Profesionales y Técnicos del Hospital Garrahan (APyT), rechazaron su designación y denunciaron una política de ajuste que pone en riesgo el funcionamiento del hospital. Entre las demandas se destacan la recomposición salarial acorde a la canasta básica; condiciones laborales dignas para médicos, residentes y técnicos; el rechazo al nuevo régimen de residencias, que transforma contratos laborales en becas sin derechos; la defensa de la salud pública frente al vaciamiento institucional. Las medidas de fuerza incluyeron paros, abrazos simbólicos al hospital y movilizaciones, con guardia.

“Defendamos la salud de los argentinos”

En este contexto, se convocó una Marcha Federal de la Salud para el jueves 17 de julio a las 16:30, con concentración frente al Congreso y movilización hacia Plaza de Mayo. La jornada de protesta fue convocada por diferentes organizaciones sindicales del sector salud y contará con réplicas en distintas provincias. No es la primera vez que se van a movilizar. Ya lo hicieron el Día Mundial de la Salud, con la Marcha Federal de la Salud del 27 de febrero y múltiples paros y clases públicas frente a la Casa Rosada.

La marcha busca visibilizar el deterioro del sistema sanitario argentino, marcado por despidos, recortes presupuestarios y el cierre de programas esenciales. Desde la organización remarcan que la precarización laboral ya es parte del día a día en muchos hospitales. Hay residentes que hacen guardias de 24 horas sin obra social, sin licencias, sin aportes y cobrando por debajo de la canasta básica.

La protesta se da en un contexto de malestar creciente en el sector, con múltiples reclamos vinculados a las condiciones de trabajo en hospitales públicos y el avance de medidas que, según denuncian desde distintos espacios, apuntan a desfinanciar el sistema. 
Los recortes en salud pública en Argentina durante el último año han sido enormes. Han sufrido el desfinanciamiento hospitales emblemáticos como el Garrahan, el Posadas y el Bonaparte. Más de 2.000 empleados del Ministerio de Salud fueron despedidos, incluyendo 1.400 en enero. El gasto real del Ministerio de Salud cayó un 9,8% en los primeros cinco meses del año y el presupuesto para programas clave como VIH, infecciones de trasmisión sexual, hepatitis y tuberculosis sufrió una reducción del 76%. Así, el programa de VIH perdió el 40% de su personal y hay faltantes de medicamentos y preservativos.

También se cerraron programas de salud mental, nutrición infantil y prevención de enfermedades transmisibles. Se suspendieron campañas de vacunación, incluyendo la de sarampión, que provocó la primera muerte por esta enfermedad en dos décadas. Se desmantelaron agencias como DADSE, que proveía medicamentos de alto costo a pacientes sin cobertura. El Instituto Nacional del Cáncer fue desactivado, afectando programas de detección temprana. Estas medidas han generado una fuerte reacción de trabajadores, pacientes y organizaciones sociales, que rechazan el vaciamiento del sistema sanitario y una vulneración del derecho a la salud. 

A comienzos de febrero, Milei anunció que Argentina se retirará de la Organización Mundial de la Salud (OMS) por “profundas diferencias respecto a la gestión sanitaria” durante la pandemia, a la que calificó como “nefasta”. Para Laura Cano, médica de terapia intensiva y diputada provincial del Frente de Izquierda, la decisión de irse de la OMS es “terraplanismo sanitario”. “Es una de las tantas medidas que no tiene ningún tipo de sustento científico, si bien nosotros tenemos críticas a la OMS, es muy importante que Argentina cuente con una coordinación internacional”, señaló.

También los hemofílicos

La Fundación de la Hemofilia está al borde del cierre luego de que el Gobierno decidiera eliminar un subsidio que sostenía hasta el 70% de su financiamiento. La medida amenaza con desmantelar la única institución del país que atiende a más de 4800 pacientes con hemofilia y que es un centro de referencia mundial hace más de 80 años en el tratamiento de un trastorno poco común y sin cura. “No vemos futuro”, advierten desde adentro de la organización. Sin recursos, estiman que en menos de tres meses no podrán pagarle a su equipo médico.

La institución es considerada una de las mejores en su tipo a nivel mundial. Tanto en la región como el resto del mundo, se acercan a ella cientos de profesionales para obtener capacitaciones sobre este trastorno que se investiga sin descanso. Cuenta con una clínica, un laboratorio y atención que va desde la kinesiología hasta la odontología -ya que la mayoría de los dentistas no atienden hemofílicos por los riesgos de hemorragia que conlleva- por lo que el trabajo de la fundación es fundamental. 

                                Lic. Gerardo Codina


Compartir nota en las redes sociales Enviar Imprimir

Dejanos tu comentario