Sociedad | Alcoh贸licos An贸nimos desde adentro

Promotores de salud

Invitado a participar como profesional de una reuni贸n abierta de Alcoh贸licos An贸nimos, me agendo un s谩bado de diciembre, cuando terminaba el d铆a, para vivir la experiencia. Es la segunda vez que lo hago, en este caso en una ciudad del conurbano sur. En cuarenta a帽os de pr谩ctica profesional aprend铆 a valorar el accionar silencioso y paciente de estos grupos de personas afectadas a favor de su salud y la de su comunidad.
Buenos Aires, 10 de enero de 2023. Al inicio del encuentro se anuncia la mec谩nica del mismo. En la apertura, dos integrantes de Alcoh贸licos An贸nimos dar谩n el testimonio de su recorrido hasta encontrarse con la entidad y qu茅 signific贸 en sus vidas. Luego, una persona que participa de las actividades de un grupo de familiares y amigos de alcoh贸licos har谩 lo propio. Finalmente, me solicitan que exponga mis reflexiones.

Asisto como adelant茅, en calidad de profesional invitado a una reuni贸n abierta de un grupo de AA. Uno de los tantos que funcionan en la ciudad y sus suburbios. Este, tenazmente, realiza reuniones de sus miembros todos los d铆as. Las treinta personas que participan del encuentro son de edades variadas, aunque predominan las mujeres mayores, a veces acompa帽adas de alg煤n ni帽o. 

Las historias se repiten. Tienen en com煤n que una vez comenzada la carrera alcoh贸lica, las personas llegan a un punto en el que sienten que 鈥渢ocan fondo鈥. Es entonces que pueden reconocer que solas no son capaces de hacer frente a eso que las devora y aceptan la ayuda fraterna que ofrecen los grupos de Alcoh贸licos An贸nimos (AA), verdaderos promotores de la salud comunitaria. 

Estos grupos de ayuda mutua de alcoh贸licos en recuperaci贸n de la enfermedad del alcoholismo, fueron fundados en 1935 en EE.UU. Para ser miembro, el 煤nico requisito es el deseo de dejar la bebida. La entidad no tiene 谩nimo de lucro ni afiliaciones a sectas, religiones, partidos pol铆ticos u cualquier otra forma organizaci贸n. Otra de sus caracter铆sticas sobresaliente es que tiene prohibido estatutariamente recibir cualquier tipo de ayuda econ贸mica p煤blica o privada: ni subvenciones ni donaciones. Se sostiene 煤nicamente con las contribuciones, de ordinario muy peque帽as, de sus miembros, lo cual garantiza su independencia de cualquier organismo tanto p煤blico como privado.

Escucho los testimonios de un muchacho de unos 30 a帽os y una mujer algo mayor. Sus desventuras, sus negativas a reconocer que hab铆an perdido el control, su creencia de que solos podr铆an, el alivio que hallaron luego al poder reconocerse en sus debilidades y fortalezas. Hablando y hablando en el grupo de su propio doloroso camino de reencuentro con la sobriedad, al que ahora se aferran. 

Tambi茅n escucho lo recorrido por una joven que padeci贸 una ni帽ez creciendo con un alcoh贸lico por familiar cercano y sus intentos de entender qu茅 pasaba y c贸mo ayudarlo. Hasta comprender que se trataba de una enfermedad que tambi茅n enferma a los que est谩n alrededor y que tampoco ella pod铆a sola con eso, por lo que recurri贸 a los grupos de familiares y amigos de alcoh贸licos. El lema de la entidad que los cobija lo dice todo: 鈥淣o es necesario beber para sufrir el alcoholismo鈥. 

Cuando me toca intervenir, hablo de las adicciones como un doble problema social, por el da帽o que causa al entorno inmediato de quien las padece y porque la misma sociedad actual nos empuja al consumo compulsivo, con el imperativo de un exceso de goce que siempre nos termina arrojando a la muerte, si no nos detenemos a tiempo. Consumos compulsivos que incluyen todas las sustancias, pero tambi茅n la adicci贸n al sexo, al trabajo o a las compras de bienes o servicios superfluos. 

Agradezco la invitaci贸n, por la oportunidad de seguir aprendiendo que me brinda y como reconocimiento a la labor que realizan de ayudarse mutuamente para salir de la adicci贸n. Siempre nos ayuda a pensar el escuchar el padecimiento subjetivo de quienes se sintieron arrojados a buscar en un objeto externo cierto alivio fugaz al malestar que muchas veces acompa帽a la existencia; m谩xime en tiempos en que hay un mandato imperativo que exige la felicidad perpetua y creciente, para creerse pleno y realizado. 

Hago referencia a los casos en los que me toc贸 intervenir profesionalmente y c贸mo cambi贸 la posibilidad de salir adelante a partir del momento en el que la misma persona asum铆a su dificultad y se compromet铆a con su cura, incorpor谩ndose a la actividad de un grupo de AA. 
Tanto que me fijo como primer objetivo terap茅utico cuando inicio un tratamiento, lograr que el paciente admita que los consumos que lo afectan no est谩n bajo su control, que debe buscar ayuda y que esa ayuda tambi茅n comprende la que pueden brindarle otras personas que ya transitaron ese camino. Una participaci贸n que no reemplazaba sino que, por el contrario potenciaba el trabajo que se hab铆a iniciado en el 谩mbito psicoterap茅utico.

Luego de las intervenciones vienen preguntas y respuestas; un intercambio que se extiende otra hora m谩s. Ordenadamente, las preguntas se hacen llegar por escrito, preservando el anonimato de quien la hace. Se multiplican las cuestiones, que se detienen en expresiones que no se alcanzaron a comprender inicialmente y tambi茅n las propias reflexiones compartidas con el grupo. Hay ansias de entender, de reafirmarse en las propias certezas, de pensar una y otra vez el infierno por el que han atravesado con mucho sufrimiento. 

Luego, tomados todos de las manos, reafirman su compromiso con su propia lucha repitiendo a coro la llamada Oraci贸n de la Serenidad: 鈥淪e帽or, conc茅denos serenidad para aceptar las cosas que no podemos cambiar, valor para cambiar las que s铆 podemos, y sabidur铆a para discernir la diferencia鈥. Todo un programa de vida. 


Lic. Gerardo Codina


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