Comunales | La inseguridad de cada día

Once, zona liberada

Los permanentes reclamos vecinales ya llegaron incluso a esos grandes medios que suelen ser "amigables" con la gestión porteña. A principios de febrero La Nación, entre cuyos propietarios ahora se contaría Macri, titulaba que "Vecinos de la zona de Once denuncian que hay venta de droga y sufren asaltos ´las 24 horas´", para agregar que "En plena zona comercial de Balvanera vecinos denuncian funciona un ´búnker narco´".
Buenos Aires, 9 de marzo de 2021. El tema no es exclusivo del barrio, hasta el punto que hay más gente con miedo a salir a la calle en la ciudad que con temor a contagiarse de coronavirus. La promesa macrista de resolver los problemas de inseguridad en la ciudad con una policía propia, se derritieron como hielo al sol después de la creación en 2016 de la Policía de la Ciudad. Ningún porteño se encuentra más seguro desde entonces. Por el contrario, los problemas asociados al delito, se acentuaron hasta convertir a muchas barriadas en “zonas liberadas”, por las que es mejor no circular. Entre ellas, Once.

Si a principios del año pasado, las restricciones impuestas por la diseminación de la pandemia restringieron drásticamente la circulación y también el delito callejero, la vuelta paulatina a la actividad normal promovió un fuerte aumento de las acciones criminales. Decía La Nación: “El martes 23 de enero un peruano murió tras recibir un disparo en un edificio de Corrientes al 2500, en el barrio de Balvanera. La noticia de este crimen, todavía sin detenidos ni sospechosos, expuso una vez más una situación crítica que, según afirman los residentes de la zona, se vive a diario en este lugar y sus alrededores, que mantiene a los vecinos en estado de constante alerta. Advierten que el narcomenudeo, el robo descontrolado de celulares y los asaltos en la calle a toda hora, la prostitución y los abusos sexuales, a pesar de las incontables denuncias, continúan siendo moneda corriente y pareciera no tener solución.”

Las novedades cotidianas no se expresan en reacciones de las fuerzas de seguridad, más abocadas a dar explicaciones de por qué sucede lo que sucede, que a resolverlo, mientras responsabilizan a otros, en este caso la justicia, por los problemas que siguen. La misma nota consigna que las fuerzas comandadas por el vice jefe de Gobierno Diego Santilli “realizan permanentes operativos en la zona” y que sus recursos preventivos (efectivos y cámaras de seguridad) están “activos”, aunque admiten que muchas de las causas que se abren a partir de las detenciones que sus uniformados realizan “no avanzan en la Justicia”.

Los relatos de los vecinos demuestran la convivencia promiscua de las fuerzas policiales con el delito. “`Ese edificio está tomado. Caen de la villa y de otros lados a comprar. En la puerta siempre hay alguien; los celulares que roban en la misma cuadra después los venden en las galerías, y la plata la usan para comprar droga, generalmente paco. A la vuelta está la comisaría. Vienen y hacen allanamientos, pero nunca encuentran nada’, afirma resignado un residente de la zona, que pide mantener su nombre en reserva por seguridad”. ¿A quién le teme el vecino, a los delincuentes o a la policía?
Algunos residentes de Balvanera hablan de un circuito o “ruta de narcomenudeo”. Es decir, los robos de carteras, celulares, bolsos se extienden desde Plaza Miserere (Once), a la altura de Pueyrredón, y continúan por Rivadavia, Sarmiento y Corrientes hasta Callao. Gran cantidad de los aparatos robados se venden luego en estos locales de “compraventa de celulares usados”, dentro de las galerías. A posterior, el dinero es utilizado para adquirir la droga (generalmente paco o cocaína) que se vende en los búnkeres, operativos las 24 horas del día. Los vecinos manifiestan estar cansados de concurrir a la policía y la Justicia desde hace años, por lo menos 15, pero que sorprendentemente “nunca pasa nada”.

No se trata sólo de las sustracciones. En el mismo barrio se comercializan a la luz del día los celulares robados, igual que la droga que consumen quienes delinquen. En uno de los últimos operativos, realizados el pasado 10 de febrero en el barrio de Balvanera, se secuestraron más de 150 teléfonos robados y siete locales fueron clausurados en una galería comercial ubicada en la avenida Corrientes al 2400. 

Miedo a salir

En relación al tema, el 15 de diciembre pasado el Informe sobre calidad de vida en CABA del Observatorio “Gente en Movimiento”, coordinado por la periodista y diputada nacional, Gisela Marziotta (Frente de Todos), señalaba que 9 de cada 10 porteños tiene miedo a salir a la calle en la Ciudad de Buenos Aires por la inseguridad, “un 44% de los porteños tienen más miedo a salir a la calle con respecto al período previo a la pandemia, mientras que un 43% dice tener igual de miedo que antes”.

Además consignaba que “El 57% de los porteños considera que la inseguridad empeoró en los últimos tres meses. Desde el mes de septiembre la inseguridad viene empeorando, según nuestras métricas”, dicen desde el Observatorio. “Nuestro último relevamiento nos indica que el 51% de los porteños considera que la inseguridad empeoró en los últimos 3 meses. Relacionado con lo anterior, en plena pandemia del COVID-19, los porteños temen más sufrir un hecho delictivo que contagiarse de COVID. El 89% de los porteños temen sufrir un hecho de inseguridad, mientras que el 81% teme contagiarse de coronavirus. A su vez, si observamos la intensidad de este temor, vemos que la de sufrir un hecho de inseguridad es mucho mayor: el 52% de los porteños teme mucho sufrir un hecho de inseguridad, mientras que solo el 41% teme mucho contagiarse de COVID-19”.

Santiago Pujol




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