Ascensor en caída libre

Comunales | Madre e hija fuera de peligro

Ascensor en caída libre

Una madre y su hija resultaron heridas tras el desplome de un ascensor desde un piso 11 en Balvanera. Ambas sufrieron politraumatismos y fueron trasladadas al Hospital Ramos Mejía, donde fueron atendidas. El hecho reavivó el debate sobre la seguridad y el mantenimiento de los elevadores en edificios porteños. Buenos Aires, 2 de diciembre de 2025. La tarde del jueves 27 de noviembre de 2025 quedó marcada por la tensión en el barrio de Balvanera. Un ascensor de un edificio ubicado sobre la avenida Belgrano al 2300 descendió violentamente desde el piso 11 hasta la planta baja, con una mujer de 36 años y su hija de 12 en su interior. El estruendo del impacto alarmó a los vecinos, quienes rápidamente dieron aviso al 911. En pocos minutos, personal de la Comisaría Vecinal 3 C, Bomberos de la Ciudad y cuatro móviles del SAME se hicieron presentes para asistir a las víctimas y coordinar el operativo de rescate.

Las dos ocupantes del elevador fueron rescatadas con politraumatismos y trasladadas al Hospital Ramos Mejía. Según confirmaron fuentes médicas, ninguna de ellas presentaba riesgo de vida, aunque el golpe fue lo suficientemente fuerte como para requerir atención inmediata. El SAME informó que la prioridad del operativo fue garantizar el traslado seguro y rápido de madre e hija, mientras los bomberos trabajaban en asegurar la zona y verificar el estado del ascensor.

El episodio generó gran preocupación entre los vecinos y transeúntes, que observaron con nerviosismo el despliegue de los equipos de emergencia. La avenida Belgrano permaneció cerrada durante varios minutos para facilitar las tareas de socorro. Testigos relataron que el ascensor había mostrado movimientos extraños antes del accidente, como un “zarandeo” durante la bajada, lo que sugiere que el sistema de frenos no logró detener la cabina al llegar a la planta baja.

Este accidente no es un hecho aislado. Apenas una semana antes, en Córdoba, una médica salteña llamada Michelle Figueroa sufrió un incidente similar cuando el ascensor en el que viajaba se precipitó desde el último piso del edificio. La joven grabó la secuencia con su celular y relató que “se apagó todo y sentí un gran impacto”. Aunque logró salir con vida, el caso se viralizó en redes sociales y puso en evidencia la fragilidad de algunos sistemas de elevación cuando no reciben el mantenimiento adecuado.

Los especialistas en seguridad edilicia explican que un ascensor no suele caer por fallos mecánicos en los cables de suspensión, ya que estos cuentan con sistemas de seguridad redundantes. Sin embargo, existen otras causas que pueden provocar accidentes. Entre las más comunes se encuentran el mantenimiento deficiente, la falta de revisiones periódicas, defectos de fabricación en los componentes, fallas en los frenos o en los mecanismos de seguridad, y errores humanos durante la instalación o reparación. También se mencionan factores externos como la humedad, el polvo acumulado, movimientos sísmicos o explosiones que pueden dañar la estructura.

La sobrecarga es otro factor de riesgo. Cuando se excede el peso máximo permitido, el ascensor puede no detenerse correctamente y desplazarse hasta el final del recorrido, generando colisiones bruscas. En el caso de Balvanera, aún no se ha confirmado si el accidente se debió a un exceso de peso, a una falla técnica o a un problema de mantenimiento. Las pericias técnicas iniciadas por las autoridades locales intentan determinar si hubo incumplimientos en los controles exigidos por la normativa de la Ciudad.

El desplome del ascensor en Balvanera reaviva el debate sobre la seguridad en los edificios porteños. En la Ciudad de Buenos Aires existen miles de ascensores que transportan diariamente a millones de personas. La normativa vigente exige controles periódicos y certificaciones de mantenimiento, pero los especialistas advierten que no siempre se cumplen de manera estricta. La falta de inversión en mantenimiento preventivo puede derivar en situaciones de riesgo como la ocurrida en este caso.

Vecinos del edificio señalaron que el ascensor había presentado problemas en semanas anteriores, aunque no se habían registrado incidentes graves. Tras el accidente, la administración del inmueble quedó bajo la lupa de las autoridades, que buscan establecer responsabilidades y verificar si se cumplían los protocolos de seguridad. Mientras tanto, el ascensor fue clausurado hasta que se realicen las reparaciones necesarias y se garantice su correcto funcionamiento.

El impacto social del hecho fue inmediato. La noticia se difundió rápidamente en medios y redes sociales, generando alarma entre quienes utilizan ascensores a diario. La imagen de madre e hija siendo trasladadas en camillas por el SAME se convirtió en símbolo de la vulnerabilidad que puede generar una falla en un sistema que forma parte de la vida cotidiana urbana. Aunque ambas se encuentran fuera de peligro, el recuerdo del desplome permanecerá como advertencia sobre la importancia de los controles técnicos y el mantenimiento responsable.

En conclusión, el accidente en Balvanera expone una problemática recurrente en las grandes ciudades: la necesidad de reforzar la seguridad en los sistemas de transporte vertical. La intervención rápida de Bomberos, SAME y Policía evitó que el episodio tuviera consecuencias fatales, pero dejó en evidencia que un descuido en el mantenimiento puede transformar un trayecto rutinario en una experiencia traumática. Las autoridades porteñas deberán profundizar las investigaciones y garantizar que los ascensores cumplan con los estándares de seguridad para evitar que hechos como este vuelvan a repetirse.

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