Editorial | Reaparición de los violentos

La libertad retrocede

Próximos a cumplir cuarenta años de la recuperación democrática, asistimos a un reflotamiento de discursos y acciones violentas que ponen en peligro la paz social. Más allá del hecho de que los grandes medios de comunicación se prestan a ese juego perverso que deteriora la convivencia, los discursos de odio tienen público y eso se manifiesta en el crecimiento de las opciones electorales que los practican.
Buenos Aires, 11 de julio de 2023. En parte, ese nuevo afloramiento de la peor historia argentina se explica por la persistencia de una crisis económica y social que agobia la vida cotidiana de millones. La frustración que genera la imposibilidad de realizar los proyectos personales en un contexto de alta incertidumbre, forja enojos y busca culpables para descargarse. Curiosamente o no tanto, mucho del odio se dirige contra quienes resultan ser las principales víctimas de un estado de cosas que excluye y empobrece a millones.

No hay que olvidar que el conflicto de pobres contra pobres siempre resulta funcional para quienes se benefician del estado actual de las cosas. Un ejemplo fue el último lock out patronal del transporte público de pasajeros. Difícilmente empresarios propietarios de 3000 o 1500 de los colectivos que circulan por el Área Metropolitana de Buenos Aires puedan ser catalogados de “pobres”. Pero, no pagando los salarios convenidos en tiempo y forma a sus choferes, pese a contar con los recursos transferidos por el Estado nacional, provocaron un paro que trastocó la vida de millones, impedidos de trasladarse y de hacer su vida habitual. Buscaban con eso extorsionar, para obtener del Estado más dinero, con el que pagar la renovación de los vehículos, que ellos mismos fabrican. Angurrientos y prebendarios, no les importa nada más que sus ganancias.

De paso, la maniobra fue funcional a la oposición destituyente, que hace todo lo posible para incrementar el malestar social, para poder culpar de eso también al gobierno de turno. El sospechoso paro simultáneo del ferrocarril Sarmiento, que tiene su cabecera en Balvanera, hace creíble la maniobra política intentada desde la cúpula del poder empresario, la misma que brinda tribuna a los odiadores libertarios. 

Recurren a la violencia porque están asustados. Temen perder sus privilegios y, además, pretenden acrecentarlos, de ser posible. Ganan audiencias entre los que se sienten amenazados por los derechos alcanzados por las mujeres, las minorías sexuales o el conjunto de los trabajadores. Les adjudican ser la razón de todos los males y creen que el conflicto social se resuelve con represión. Más salvaje cuanto mayor sea el conflicto, sin importar las vidas que se arriesguen. Así lo están haciendo en Jujuy, a costa de tener la provincia paralizada y en llamas. Creen que con mano dura en el tiempo las luchas populares serán derrotadas. Así, la libertad retrocede paulatinamente para todos y vuelven resurgir los monstruos de la dictadura terrorista.

La libertad se ejerce con responsabilidad y cuidado del otro, si no es un simple ejercicio de poder, que muchas veces resulta violento. Para Freud, el padre del psicoanálisis, es posible imaginar que en un principio los conflictos de intereses siempre se resolvían en base al ejercicio de la violencia. El más poderoso imponía su interés por la fuerza, hasta que los débiles encontraron que, en su unión, podían forzarlo a respetar normas compartidas por todos. Esa legalidad o cultura forjada por la comunidad, contenía los impulsos violentos y posibilitaba la paz social. Pero no de una vez para siempre, porque en todo momento -advertía Freud- el poderoso tratará de saltarse las barreras impuestas y hacer prevalecer su voluntad. En eso estamos y por eso las libertades democráticas retroceden a cuarenta años de su recuperación.
 
                                                                                                         Lic. Gerardo Codina


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Comentarios
  • 11/07 | LilianaMuy bueno Gerardo,lo interesante sería desmantelar a las mafias que hay en el barrio también y cómo estas afectan instituciones con sus coimas en salud,educación,alquileres etc.un sistema democrático-no democrático y no participativo,que pone en juego la propia institucionalidad.Qué pasará el día despues de las elecciones si está el pais practicamente vendido?