Buenos Aires, 12 de marzo de 2024. Esto fue notorio en su compromiso de revisar el Código Urbano, objeto de numerosos reclamos barriales, incluso entre sus votantes, que no aprecian la libertad del mercado inmobiliario de construir cuanto le plazca, cuando los afecta en su calidad de vida. La preservación de las barriadas residenciales se convirtió en una promesa de campaña y ahora el Jefe de Gobierno procura cumplirla. 

Pero el intento de Mauricio de hacerse con el gobierno de Milei también implica el riesgo de pagar demasiado por algo que puede devaluarse rápido. Una cosa es si los planes libertarios logran consolidarse. Ser socio de un ganador siempre es bueno. En eso Mauricio y Jorge acuerdan con Scioli. Pero ¿qué pasa si la situación social y la economía saltan por los aires? Estar demasiado cerca del estallido puede causar heridas irreparables. Por eso la prudencia aconseja cierta distancia. 

Jorge lo intenta renovando los reclamos desatendidos por la supuesta deuda de coparticipación de Nación con nuestro distrito o participando del grupo de gobernadores “amigables”, que intentan construir acuerdos con el irascible nuevo inquilino de la Rosada, que pongan racionalidad a algunas de sus políticas. 

En ese delicado equilibrio, Jorge también se beneficia de la creciente diferenciación de su antecesor respecto del rumbo actual de la escudería amarilla. Horacio Rodríguez Larreta rompió el silencio para opinar que el PRO no debía perder sus características fundacionales en una fusión con la fuerza de Milei, pero además que debía renovar su liderazgo encumbrando jóvenes referentes, lo que dejaría afuera a Macri. Un posicionamiento fuerte que desafía la lógica de Mauricio, que se considera poco menos que dueño del partido.

Para Jorge ese enfrentamiento es pura ganancia. Lo posiciona como el futuro titular partidario en el distrito que vio nacer al PRO y puede actuar con mayor libertad respecto de la “pesada herencia” recibida de su antecesor. De eso habló entre líneas cuando en Retiro llamó a limpiar los desastres hechos por “la rata”. Desarmar los múltiples negociados con los contratos de servicios públicos o apropiárselos, parece ser el propósito. Ya pasó con el acarreo de infractores o la concesión de playas de estacionamiento. Habrá que ver qué sucede cuando se renegocien los contratos de recolección de la basura.

En lo demás, Jorge sigue la lógica de la progresiva desarticulación de la educación y la salud públicas, haciendo un ajuste injustificado. Ni siquiera procura sostener la actividad teatral independiente, que es uno de los atractivos turísticos de la ciudad, en momentos que resulta triplemente afectada por la crisis económica, el brutal encarecimiento de los servicios y el recorte de los fondos de fomento estatal. Sucede que, aunque no haya déficit, a sus gobernantes solo les interesa que sus números cierren.

                                                                                                          Lic. Gerardo Codina 

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