Historias de nuestra comuna | 35 años atrás

¿Quién mató a Rodolfo Walsh?

San Juan y Entre Ríos,25 de marzo de 1977. Un hombre con aspecto de jubilado recorría el barrio de San Cristóbal. Ese hombre era Rodolfo Walsh. Venía de Constitución, donde se había despedido de su mujer, Lilia Ferreyra. Un día antes había difundido una carta en la que denunciaba los crímenes políticos de la dictadura militar y marcaba sus efectos devastadores en la economía y en la sociedad argentinas. Buenos Aires, 12 de marzo de 2012. Un grupo de tareas de la Escuela de Mecánica de la Armada lo acorraló en el lugar para secuestrarlo y hacer desaparecer su cuerpo. Se defendió con su pistola Walter PPK calibre 22. Lo mataron. Su cuerpo fue llevado a la ESMA y aún permanece desaparecido.

Esta es la pequeña historia de esa carta, esa emboscada y ese escritor.

Una carta, decíamos, de resistencia, que muy pocos hombres se hubieran atrevido a escribir en ese tiempo. Se cumplía un año del golpe militar del 24 de marzo de 1976 y Walsh envió por correo esta carta a las redacciones de los diarios locales y a corresponsales de diarios extranjeros. La carta no fue publicada por ningún medio local pero poco a poco se difundió en el extranjero. Denunciaba los crímenes de la dictadura y enfatizaba que la miseria de la gente provocada por el poder económico era la peor violación a los derechos humanos. Más aún, incluso, que la represión.

Una emboscada, decíamos, en San Juan y Entre Ríos, en nuestra comuna. Rodolfo Walsh andaba con su disfraz de jubilado, con actitud apocada, pantalón y camisa marrón, sombrero de paja y su vieja cédula con el falso nombre de Francisco Freyre. El mismo documento que utilizó durante sus investigaciones sobre los fusilamientos de civiles en los basurales de José León Suárez de junio de 1956 y que daría lugar a ese texto admirable: Operación Masacre.

Ya se había distanciado de la conducción de Montoneros, la organización político-militar a la que pertenecía y de la que se estaba alejando. Luego del golpe militar Walsh disiente de la conducción de Montoneros. No está de acuerdo con el enfrentamiento armado al régimen. Consideraba que las circunstancias imponían una política de repliegue que no debía abandonar el trabajo de información dela gente. En esta línea de pensamiento es que debe leerse la carta a la dictadura que hemos citado.


Un escritor, decíamos, investigador y periodista, autor de esa trilogía del crimen político en la Argentina del siglo XX que conforman Operación Masacre, ¿Quién mató a Rosendo? y El caso Satanowsky. Como escritor se anticipó varios años a la famosa novela de Truman Capote A sangre fría. Se lo consideró un precursor del género que se denominaría non fiction o no ficción. En Operación Masacre investigó y reconstruyó los fusilamientos de militantes peronistas en José León Suárez, en junio de 1956. Hechos que se inscribieron en la serie de la violencia argentina, desde los bombardeos a Plaza de Mayo, un año antes.

El libro ¿Quién mató a Rosendo? fue inicialmente una serie de notas publicadas en el semanario CGT a mediados de 1968 y puede considerarse que desempeñó un papel en la lucha de la CGT rebelde contra el vandorismo. Se trata de un libro acerca del cual el mismo Walsh afirmó que “su tema profundo era el drama del sindicalismo peronista a partir de 1955 y sus destinatarios naturales…los trabajadores…”. En el llamado tiroteo de La Real de Avellaneda, en mayo de 1966, fue asesinado Rosendo García, un matón y capitalista de juego pero también el Griego Blajaquis baleado a mansalva, un obrero, humilde, desesperado, gente sin historia. Walsh lo haría entrar en ella.

La pregunta que Rodolfo Walsh se formulara a propósito de Rosendo García nos remite a otra: ¿Quién mató a Rodolfo Walsh?

En el veredicto dictado en Octubre de 2011 por el Tribunal Oral Nº 5, quedó probado que Walsh fue asesinado por el Grupo de Tareas (GT) 3.3.2. de la ESMA, un hecho por el que fueron condenados con la pena de prisión perpetua Alfredo Astiz, Roberto Cavallo y Jorge "El Tigre" Acosta por los secuestros, torturas y homicidios cometidos en la ESMA durante la última dictadura militar. Lo que hasta entonces figuraba como "desaparición", pasó a llamarse "homicidio".

Silvana Pescedoro
Profesora de Historia

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