Editorial | Apuesta del PRO

La desmesura porteña

La ciudad se ha convertido, de la mano de la concentración económica y mediática, en el distrito determinante de la política nacional. Incluso más relevante que la provincia de Buenos Aires, aunque aquí voten cinco veces menos argentinos.
Buenos Aires, 3 de noviembre de 2020. Pero sus dirigentes gozan de las ventajas sumadas de administrar la principal vidriera del país, sin cargar con la responsabilidad de la política nacional y contando con un gran presupuesto propio, mayor por habitante al de la provincia y la nación.

Mucha plata, menos exigencias y gran visibilidad. Un combo perfecto para hacer campaña. Esto explica en parte la proyección nacional de sus Jefes de Gobierno. De los cuatro que hubo desde que ganó su autonomía la ciudad, dos llegaron después a la Rosada, cruzando la Plaza de Mayo. De la Rúa y Macri. Ahora Larreta procura repetir ese camino.

“Macri ya fue”, afirmó rotunda una chaqueña que cobró relevancia también desde la vidriera porteña. “Es Horacio”, completó. Luego la foto con Vidal, Carrió y Larreta terminó de escenificar la nueva etapa de la principal fuerza de la oposición, según las últimas elecciones. Las fotos son elocuentes y permiten el silencio sobre las cuestiones incómodas. Qué hacer con Macri es por estas horas un gran dilema para la dirigencia de Juntos por el Cambio. 

El ex presidente sabe que no debe callarse. Como los Etchevehere, debe transformar sus problemas legales en batallas políticas, para poder victimizarse y movilizar adhesiones sociales, al tiempo que disputa la conducción política de su espacio y lo embreta en su táctica destituyente, puesta de manifiesto desde que perdió las PASO por paliza.

No es el camino que recorre Larreta. Encontró que mostrarse abierto al diálogo con el gobierno nacional y tranquilo en la gestión de la pandemia, elevó su consideración en la opinión pública y le sumó puntos a su fama mediática de buen administrador. Ni necesita pelearse con Macri. Para eso está Carrió. El asiente en silencio y posando para la foto. 

De paso, vuelve al ruedo Vidal, quizás como su carta de triunfo para la próxima renovación del ejecutivo porteño, que será simultánea con las presidenciales que va a jugar. Esa articulación debe pasar la doble prueba del tiempo y de la eficacia, pero es mucho más de lo que puede exhibir el oficialismo nacional en territorio porteño. 

Aunque Alberto Fernández también haya salido a la palestra nacional desde esta misma cantera, no tiene figuras de relevancia para aspirar a disputarle la Jefatura de Gobierno al PRO. Tampoco parece estar haciendo mucho para resolverlo. La buena elección de Lammens no se pudo poner en valor durante una pandemia que desactivó tanto el deporte como el turismo, los dos temas que le tocaron al ahora ministro en el gobierno nacional.

Quizás la revancha venga para Lammens del lado del fútbol. En la Legislatura se comenzó a tratar la rezonificación del predio del antiguo estadio de San Lorenzo. Paso necesario para concretar la vuelta del club al barrio que lo vio nacer. Marcelo Tinelli estaba atento a la cuestión. También otro fanático del cuervo sigue de lejos el tema y puede aparecer en escena. Dicen que el Papa Francisco vendría al país el año que viene. ¿Será para bendecir el nuevo estadio? 
Lic. Gerardo Codina
    


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