Comunales | Hospital Ramos Mejía

Reclamaron protección

Enfermeros del Ramos Mejía reclamaron insumos de protección para atender pacientes en tiempos del coronavirus: “¡Tenemos derecho a no morirnos!”. Fue el jueves pasado a la entrada del nosocomio de Comuna 3. Denuncian la carencia de personal suficiente, la falta de elementos de protección para evitar contagios y la precariedad de las instalaciones para cumplir las medidas de prevenciòn.
Buenos Aires, 31 de marzo de 2020. “Se están por inaugurar nuevos consultorios para atender a pacientes febriles en el marco de la pandemia y todavía no han incorporado nuevo personal de enfermería, en lugar de eso, nos informaron que 3 enfermeros de cada turno –mañana y tarde– tendrán que ir a atender a pacientes que se encuentran aislados en camas de hotel”, relató Gómez, afirmando que los están mandando a una “guerra sin armas”.

Si bien el hospital cuenta con salas de internación en cada área, su forma “apabellonada” no permite los cuidados necesarios como, por ejemplo, tener los vestuarios junto a la entrada para cambiarse la ropa antes de ingresar. Además, según explican los trabajadores del hospital, “en muchas salas las camas no llegan a estar a más de un metro y medio de distancia, como indica el protocolo para evitar contagios”.

“Es nuestra vida. Vulnerar nuestra vida, no lo podemos permitir. Tenemos derecho a no morirnos. Sin todos los elementos de protección, no vamos a atender”. Es el reclamo de enfermeras y enfermeros que denuncian falta de barbijos, antiparras, alcohol y otros insumos. “Si no están los elementos de protección, no atendemos”, gritó una enfermera en la asamblea de trabajadores y trabajadoras de la salud realizada la semana pasada en el Hospital Ramos Mejía. “Primer derecho. Es nuestra vida. Vulnerar nuestra vida, no lo podemos permitir. Tenemos derecho a no morirnos. Sin todos los elementos de protección, no vamos a atender”, reiteró ante los aplausos, tras exigir material de protección que les garantice trabajar en un marco seguro ante la epidemia de coronavirus.

No es el único hospital porteño que denuncia la falta de insumos. Días atrás, trabajadores del Durand habían difundido una situación similar. Pero, ante el crecimiento de casos positivos de Covid-19, el panorama se agrava y la preocupación entre enfermeros y médicos aumenta.

“Estamos reclamando algo básico, que ya tendría que estar resuelto, que es la entrega de los elementos de protección. Escafandras, barbijos, antiparras, alcohol. Llega, pero es insuficiente. No se están cubriendo las salas de internación y es una angustia generalizada. Los compañeros en asamblea decidieron dejar de atender si no tienen los elementos de protección”, señaló Claudio Gómez, delegado de Sutecba en el Ramos Mejía.

“Está en riesgo nuestra vida y la de nuestras familias. Si uno de nosotros se contagia, lleva la enfermedad a su casa y a su barrio. Pedimos cuidar a los que cuidan. El Gobierno dice que hay una guerra contra el coronavirus, pero no podemos ir a una guerra sin armas”, graficó. Y agregó: “Que quede en claro que no nos negamos a trabajar, nunca lo hicimos, ni en la pandemia de 2009 ni en esta. En Europa murieron muchos compañeros del equipo de salud. Antes que suceda eso, estamos solicitando ya la provisión necesaria”.

Los enfermeros del hospital Ramos Mejía reclaman falta de insumos, denuncian malas condiciones de trabajo y la necesidad de incorporar más profesionales al equipo del hospital. “Estamos peleando contra un virus desconocido, necesitamos los elementos necesarios para protegernos”, señaló Claudio Gómez, enfermero del hospital. Según describe necesitan desde “ barbijos descartables, protectores antisecreciones para los ojos, camisolines, cofias, salas que permitan distancia entre las camas y boxes individuales para el aislamiento” esos son algunos de los requerimientos que un establecimiento de salud necesita para poder abordar los casos de pacientes que presenten síntomas sospechosos del coronavirus o bien se confirme su diagnóstico.

Bajos salarios y pluriempleo

La superposición de trabajos es un fenómeno que se repite entre los profesionales porque los sueldos no son suficientes, por eso coinciden que el mote de “héroes” no alcanza. Este miércoles, una de las enfermeras del hospital Ramos Mejía presentó síntomas sospechosos del virus: fiebre y dolor de garganta. Hasta recibir el resultado de la prueba, la trabajadora se encuentra internada y aislada de otros pacientes.

Una situación similar ocurrió en el hospital Santojanni, ubicado en Mataderos, donde una enfermera presentó síntomas del virus tras haber atendido a pacientes contagiados en una clínica privada. Después de varios días aislada, la prueba le dio negativo, pero la mayoría de los enfermeros del hospital se encuentran en riesgo por mantener múltiples trabajos en simultáneo.

Ese temor existen en los profesionales que de no contar con la prevención necesaria se enfermarán y agravaran la situación. “El riesgo de contagio crece muchísimo al estar saltando de clínica en clínica para poder sobrevivir”, advirtió Celia Benítez, enfermera de neonatología en el Ramos Mejía, que también trabaja como enfermera de terapia intensiva para una empresa de medicina prepaga.

Benítez es enfermera hace ocho años, y ante la medida de aislamiento obligatorio del viernes pasado tuvo que llevar a sus tres hijos, de 7, 9 y 17 años, a la casa de su padre en la localidad de González Catán. “No voy a verlos al menos por un mes, quizás más. Tuve que priorizar su salud sabiendo que yo puedo ser un foco de contagio. Es una decisión muy difícil”, relató.


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