Sociedad | Alternativas solidarias en la crisis

Moneda Par

De todo laberinto se sale por arriba, señalaba Marechal, el poeta que habitó Balvanera. Aunque se refería a la interseción divina, muchos lo reinterpretaron como una apelación a la imaginación y la creatividad. Algo de eso se mueve en estos días cuando el trabajo escasea y el dinero es poco para afrontar una vida digna ante la enorme carestía. En el camino de las búsquedas solidarias, apareció la iniciativa de una nueva moneda virtual, para recuperar el espíritu de los clubes del trueque que sirvieron de salida en el 2001. En un reportaje publicado por la Agencia de Noticias Solidarias (ANSol), el economista que gestiona el nuevo sistema detalla su funcionamiento. Antes, algunos datos.
Buenos Aires, 14 de enero de 2020. En momentos de incertidumbre, como los que vive actualmente la Argentina, el peso nacional se ve golpeado desde diferentes frentes. Ante esto, aparecen alternativas que intentan paliar los puntos más flacos de peso y algunas de ellas están fuertemente apalancadas en la tecnología. Ese es el caso de Moneda Par.

Esta tecnología fue diseñada por Mario Cafiero, del Observatorio de la Riqueza Padre Arrupe y actual titular del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES), el Dr. Sebastián Valdecantos, por Eduardo Murúa del Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas por los Trabajadores, por Matías Romeo y un grupo técnico de desarrollo de criptomonedas y fue lanzado en Argentina en mayo de 2017.

Moneda Par es una plataforma por medio de la cual “prosumidores” (productores-consumidores) realizan intercambios de productos y servicios usando como medio de cambio el PAR, una moneda complementaria digital que funciona sobre la tecnología blockchain.

Cada venta se registra en el sistema como un saldo positivo de PAR y cada compra como un saldo negativo. A fin de facilitar la adopción, sus creadores decretaron que cada unidad de PAR equivale a un peso argentino, pero sin convertibilidad. Para ingresar no hace falta tener capital ya que con el aval de un miembro activo de la comunidad se puede acceder a un “crédito” inicial para empezar a operar.
 
“La plataforma aumenta la productividad al otorgar acceso a crédito sin intereses, brindando liquidez y permitiendo un nuevo método de pago digital para evitar el uso del escaso dinero fiat”, afirman desde la iniciativa. "Nos orientamos a la economía social y popular es porque ahí es donde la necesidad es mas grade y es donde encontramos la mayor recepción. Cuando llevamos el proyecto al comercio tradicional no tuvimos tan buena recepción. Fue mejor entre cooperativas mutuales y también organizaciones sociales", explicó en diálogo con Infotechnology Sebastián Valdecantos, PhD en Economía (Université Paris-Sorbonne Cité) y quien está a cargo del diseño de la criptomoneda.

"Lo que busca Moneda Par es generar crédito a actores que hoy no lo tienen. El crédito no puede ser una restricción, tiene que estar disponible. La emisión monetaria que se da en el otorgamiento de crédito tiene que tener relación con el tamaño del mercado. Se le entrega un crédito proporcional a la cantidad de valor que el producto va a ofrecer al mercado. tratamos de preservar el equilibrio entre el circulante y la cantidad de bienes y servicios", explica Valdecantos sobre su proyecto.

Financieramente, esta criptomoneda es un sistema cerrado. No hay mecanismos oficiales a través de los cuales se puedan comprar otras criptomonedas o divisas usando MonedaPar. Tampoco existe el trading (compra-venta de monedas diferentes). Cada MonedaPar se consigue a través de ciertos nodos autorizados. Uno de ellos, ubicado en el barrio de Boedo. (Ver https://www.monedapar.com.ar/)

Reportaje de ANSol

La Moneda PAR, pese a no ser de curso legal, funciona bajo un sistema de crédito mutuo. El economista Sebastián Valdecantos brindó detalles y propuso que sea utilizada por cooperativas, mutuales y emprendedores.

“En tanto y en cuanto hay común acuerdo entre los actores de una comunidad para aceptar ese medio de pago, no hay ningún impedimento para su utilización. La característica que tiene una moneda social en particular es que el sistema económico en torno al cual funciona una moneda es un sistema económico que tiene una serie de principios y valores que normalmente son alineados con los principios y valores de la economía social y solidaria”, explicó a ANSOL.  

El crédito mutuo es un sistema en donde los miembros de una determinada comunidad acuerdan darse crédito entre ellos, entendiendo por crédito, la posibilidad de realizar un pago diferido: lo que se compra puede ser pagado más adelante.

“En el sistema de crédito mutuo, los actores que forman parte de la comunidad se ponen de acuerdo y se permiten mutuamente tener saldos negativos de forma temporaria para poder financiar su producción o poder financiar su consumo con el compromiso de cancelar esa deuda que la propia comunidad le permite a cada individuo tener”, ejemplificó Valdecantos.

"En ese sentido, explicó: “En el sistema tradicional, si vos, por ejemplo, me pedís que te preste dinero, que te dé un crédito, ahí si vos en algún momento no me pagás, yo tengo un deterioro patrimonial. Yo pierdo riqueza, porque yo te di dinero mío y como vos no me cancelaste la deuda, no me devolviste la plata, yo esa plata la perdí". La particularidad de este sistema de crédito alternativo es que las deudas se pagan simplemente vendiendo lo que uno produce, ya sea un bien o un servicio, recibiendo a cambio, la moneda complementaria.

“Si uno es parte de una comunidad que accede voluntariamente a este sistema de crédito mutuo, se puede generar una economía que funcione con independencia de la disponibilidad de pesos”, agregó. “Los pesos, normalmente, suelen ser escasos, suelen ser caros. Muchas veces suelen no estar disponibles. Los PARES no. La moneda social no, porque la moneda social la emite la comunidad en base al mutuo acuerdo de compartir los bienes y servicios que se producen dentro de la comunidad”, distinguió el economista que trabaja junto al presidente del INAES, Mario Cafiero.

En ese sentido, explicó: “En el sistema tradicional, si vos, por ejemplo, me pedís que te preste dinero, que te dé un crédito, ahí si vos en algún momento no me pagás, yo tengo un deterioro patrimonial. Yo pierdo riqueza, porque yo te di dinero mío y como vos no me cancelaste la deuda, no me devolviste la plata, yo esa plata la perdí”.

“La idea es generar movimiento, generar circulación, porque cuanto más circulación, más dinero”, sentenció 



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