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Sin quórum propio

Pese a que las encuestas indican que el oficialismo estará bien posicionado en las elecciones de medio término, la aspiración de tener la mayoría en el Palacio Legislativo no será posible ni con el mejor de los escenarios. Menos si los datos económicos siguen jugando en contra de acá a octubre. Buenos Aires, 25 de julio de 2017. En medio de la campaña electoral de cara a las próximas elecciones, en las que el PRO deberá renovar 14 de sus bancas en la Legislatura porteña, los analistas concluyen que, ni con el mejor de los escenarios logrará tener la mayoría en la Casa, pese a que todas las encuestas indican que el oficialismo estará bien posicionado.

Actualmente el PRO cuenta con 28 bancas propias en el Palacio Legislativo porteño, a las que se agregan 2 de Confianza Pública -de Graciela Ocaña (nueva adquisición de la escudería amarilla) y Diego García Vilas- y 2 de la CC ARI, el partido que responde a Lilita Carrió. De esta manera, con el lanzamiento del interbloque Vamos Juntos el jueves 6 de julio, el oficialismo logró obtener por primera vez mayoría en el Palacio Legislativo, con ayuda de sus aliados. No obstante, tras las elecciones la situación podría revertirse y pese a la expectativa reinante no llegaría a tener el quórum tan ansiado, debido a que varios de los legisladores no podrían renovar.

En el mejor de los escenarios, el PRO debería meter en la Casa 16 diputados propios, y contaría con el apoyo de sus aliados de la CC-ARI y CP; sin embargo, ambos bloques pasarían a ser monobloques -en el caso de que en las elecciones no obtengan los votos suficientes para tener un legislador más-, dado que Ocaña irá a al Parlamento nacional, al igual que Oliveto Lago.

Cabe recordar que hasta este momento, CP estaba integrado por 3 diputados, pero Marcelo Depierro decidió separarse del bloque con el que llegó a la Legislatura y volvió a formar parte de las filas de Martín Lousteau, dado que consideró que “entré por una lista que era de oposición y que la gente me votó por ese espacio, además, siento que sumo más como oposición que como oficialismoâ€.

De tal manera, al renovar el PRO 14 bancas, con los 16 que sumaría, pasaría a tener 28, a los que hay que agregar a los diputados de los ahora monobloques aliados. Unos 30 legisladores en total. Claro, siempre en el mejor de los escenarios.

Es así que ante este panorama, el oficialismo continuaría sin tener quórum propio pese a sus esfuerzos por lograrlo, pero con la ayuda de sus aliados alcanzaría a tener 32 bancas a favor dentro de la Legislatura. Sin embargo, pareciera que el sueño de poseer mayoría propia en la Casa debe esperar aún más.

Aunque el porteño tiene una buena imagen de la gestión de Larreta, pese los diez años que lleva el PRO en el poder, la creciente caída de la popularidad de Macri puede afectar los resultados de su espacio también en la Ciudad. La división del oficialismo provocada por la decisión de no permitir la interna a Lousteau, le resta votos que ahora serían valiosos para asegurar la mayoría.

En esa situación emerge la coalición articulada en torno del peronismo kirchnerista como segunda fuerza local, aunque por el momento, lejos de la primera. En ese espacio destaca Daniel Filmus, un hombre bien conocido por los votantes, que se consagrará seguramente primer candidato en las primarias.

Las PASO próximas serán una importante muestra de cómo se agrupan los espacios a nivel nacional. El impacto de Cristina Fernández encabezando los resultados en el decisivo distrito bonaerense, producirá reacomodamientos en todo el escenario político, distrito por distrito.

Si es holgado, la primera consecuencia será el anticipo de parte de los actores políticos y económicos del final del ciclo ganador de Macri y un fuerte pronóstico de su derrota en 2019. Por lo demás, los malos resultados económicos, entre los que sobresale una pertinaz presión sobre el dólar, aumentarán el malhumor social de acá a octubre. Así las cosas, los buenos augurios electorales que hoy tiene el PRO pueden diluirse como arena entre los dedos de la inefable Carrió.

Para no perder más espacio, Lousteau busca presionar a Carrió e insiste con debatir, una manera de lograr la interna que no le dio Larreta. Lilita dijo que lo acepta para después de las PASO, pero él la chicanea con que es mejor "arrancar cuanto antes". Lousteau intenta polarizar con el PRO y ante la respuesta de Lilita -quien sostuvo que ella siempre debatió en televisión y que volverá a hacerlo en las generales, no antes- Lousteau le da ahora una serie de argumentos por los que cree que es importante "arrancar cuanto antes" y no postergar la discusión.

Las encuestas que salieron a la luz hasta ahora muestran a la alianza oficialista Vamos Juntos firme en el primer lugar electoral, mientras que a bastante distancia está Daniel Filmus y Lousteau quedó relegado al tercer lugar. Si bien no se trata de números definitivos, la diferencia con la primera vuelta y el ballotage de 2015 es brutal.

"Démosle a los ciudadanos la posibilidad de escuchar y comparar las propuestas de todos los candidatos. Estoy seguro de que del debate va a permitirles evaluarnos mejor, con mucha más profundidad. ¿No es una excelente manera de defender la República?", argumenta Lousteau en el video anterior al que difundió este sábado.

Desde el PRO le habían asegurado a LPO que la chaqueña iba a participar de los debates frente a otros candidatos. "Lilita debatió en todas las campañas en las que participó, ¿por qué va a ser distinto ahora?", se preguntaron, pero ella contestó que lo hará sólo de cara a octubre y no antes de esa fecha.

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