Buenos Aires, 12 de abril de 2022. Pero esa guerra no sólo demostró el oportunismo trivial de los comandantes militares, incapaces de entender la ecuación geopolítica a la que se enfrentaban, sino que expuso ante las mayorías la verdadera cara de los enemigos de la Nación. Argentina no estuvo sola ante su temible adversario. El apoyo con el que contó fue el de América Latina, fundamentalmente diplomático, aunque no sólo en ese plano. Esa solidaridad despertó en nosotros una identidad latinoamericana aletargada por una cultura dominante que había remachado el mito de la nación blanca, ocultando o menoscabando los componentes americanos y afro del pueblo argentino, a contramano de San Martín, entre otros.

El desprecio a la cúpula militar que resultó de la derrota y que precipitó la debacle de la dictadura y abrió las puertas a la recomposición democrática de nuestra organización política, se contrapuso con el reconocimiento popular al valor y heroísmo con el que soldados, oficiales y suboficiales argentinos combatieron en las islas, en tierra y aire.

Ignorados y ocultados por mucho tiempo por el poder, con su afán de desmalvinizar la conciencia social de nuestro pueblo y volverlo a la sumisión pasiva a los designios imperiales, nuestros héroes nutren hoy el verdadero sentir patriótico de las multitudes. No es casual que quienes pregonan hoy como solución a los males argentinos la renuncia a la soberanía monetaria o promuevan con descaro el bimonetarismo, también se pronuncien públicamente por la renuncia al reclamo soberano y avancen en reconocimientos de derechos a los ocupantes ilegítimos de las Islas.

Esa fuerte corriente anti nacional entre nosotros hizo que recién en noviembre de 2000 se declarase por ley el 2 de abril “Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de Malvinas”, dándole el carácter de feriado nacional. A partir de entonces los reclamos de este tan sufrido como desconsiderado colectivo y una mayor sensibilidad de su problemática por parte del Estado comenzaron a dar frutos, reconociéndoseles justos beneficios. 

Nos queda por delante la recuperación plena de nuestro territorio y nuestro mar. Sólo construyendo cada día soberanía y en unión con nuestros compatriotas latinoamericanos podremos alcanzarla.

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