Porteñas | Policía de la Ciudad

¿Combatir o encubrir?

El asesinato del jugador de Barracas Lucas González, descubrió una serie de irregularidades en el accionar de la policía local. La más importante fue la complicidad generalizada en el encubrimiento de un crimen cometido por otros policías. Pero no es el único caso que se conoce.
Buenos Aires, 4 de enero de 2022. El sentido común supone que la policía previene y combate el delito, investigando y descubriendo a sus autores, para llevarlos ante la Justicia. Todo lo contrario sucedió con el asesinato de Lucas González. Lo comprueba la misma investigación judicial que, en la última semana del año pasado solicitó la prisión preventiva para otros siete policías por encubrir el crimen de Lucas. Con ellos suman dieciséis los policías involucrados en esa trama criminal.

El nuevo requerimiento recayó sobre el comisario inspector Daniel Santana, el comisario Rodolfo Ozan, el subcomisario Ramón Jesús Chocobar, y los oficiales Sebastián Baidon, Jonathan Alexis Martínez, Ángel Darío Arévalos y Daniel Rubén Espinosa. Están imputados de los delitos de falsedad ideológica, privación ilegal de la libertad agravada por abuso funcional y sin las formalidades de la ley, encubrimiento agravado por la condición de funcionarios públicos y por ser el delito precedente especialmente grave, e imposición de torturas.

Por el homicidio calificado de Lucas y la tentativa de homicidio calificada de sus tres amigos estaban ya procesados con prisión preventiva los policías porteños Juan José Nieva, Fabián López y Gabriel Issasi. Mientras que por el encubrimiento estaban también con prisión preventiva los comisarios Juan Romero y Fabián Du Santos, el subcomisario Roberto Inca, el inspector Héctor Cuevas y las oficiales Micaela Fariña y Lorena Miño, quienes afrontan otros cargos como “falsedad ideológica, encubrimiento agravado, privación ilegal de la libertad agravada y vejaciones”.

El asesinato de Lucas sucedió el 17 de noviembre cuando la víctima y tres amigos salieron de entrenar del club Barracas Central en el auto del padre de uno de ellos y fueron interceptados por un Nissan Tiida de la Brigada de Investigaciones de la policía porteña sin patente ni identificación policial, del que bajaron tres efectivos armados y de civil. Los adolescentes creyeron que eran ladrones que iban a robarles, por lo que huyeron del lugar, momento en que los policías les dispararon desde distintos ángulos. Al menos cinco tiros dieron en el auto y uno de ellos impactó en la cabeza de Lucas, quien horas más tarde murió.

Otro caso

El 19 de agosto de 2019, el policía de la ciudad Esteban Ramírez derribó de una patada a Jorge Martín Gómez, quien murió al golpear su cabeza contra el asfalto. La escena fue registrada  por una cámara y el video se viralizó en las redes sociales . Sucedió en Carlos Calvo y Saavedra, Balvanera. Por el presunto encubrimiento son ahora investigados el inspector principal Héctor Alejandro Febula, la oficial primero Lorena Alejandra Luna y el oficial primero Sergio Daniel Sendra.

El fiscal les atribuye “haber actuado en forma conjunta y coordinada para ocultar, alterar y hacer desaparecer los rastros y pruebas del delito” y ayudar así Ramírez a eludir la sanción penal. Para la fiscalía, los tres policías deben responder en principio por los delitos de “encubrimiento agravado, falso testimonio agravado y falsedad ideológica”, ya que “evitaron dar a conocer el suceso en forma inmediata a las autoridades judiciales, notificándolas en forma tardía e informando un ataque previo de Gómez portando el cuchillo sobre Ramírez, circunstancia que no ocurrió”, según la acusación.

“Alteraron la escena del crimen, que no se resguardó, y manipularon objetos sin ser debidamente incautados; callaron lo sucedido, otorgando una versión mendaz ante la presencia del personal médico que se presentó a auxiliar a la víctima haciendo insertar datos falsos en el expediente judicial y obviaron convocar a otra fuerza de seguridad distinta”, añade el planteo.

Lo que no se investiga

El policía porteño Arshak Karhanyan fue visto por última vez el día 24 de febrero de 2019 en la intercepción de Paysandú y Rivadavia, donde una cámara de seguridad lo registró cuando salía de un hipermercado Easy. Previamente, Arshak estuvo dialogando con Leonel Herba, otro policía de la ciudad que había sido compañero de Arshak en el área de “Exposiciones”, principal sospechoso de su desaparición, pero hasta ahora no investigado.

El fiscal de la causa ordenó en su momento preservar todas las cámaras de seguridad a 500 metros a la redonda del local comercial de Easy y de la casa de Arshak. Sin embargo, al analizar el material disponible de las cámaras se encontró con que no se buscaron la totalidad de las cámaras; que, de las relevadas no se obtuvieron la totalidad de las filmaciones disponibles de esa fecha; tampoco se resguardó todo el material fílmico obtenido ese día; y las filmaciones que se preservaron con esa fecha corresponden a horarios distintos a los que serían procedentes al propósito de la investigación. Todo hecho para ocultar la evidencia.

Sin embargo, la prueba más importante que daría cuenta de la complicidad de miembros de la Policía de la Ciudad está relacionada con la pericia realizada sobre su teléfono celular. Esa pericia le fue ordenada a la unidad de Cibercrimen de la misma Policía y dio como resultado que todo el contenido del celular se había borrado. ¿Para encubrir a quién?

La Policía de la Ciudad fue la expectativa de mayor seguridad, prometida por el oficialismo porteño. Con estas evidencias temibles, parece ser lo contrario. 

Santiago Pujol


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