Comunales | Un rincón de Balvanera

Vuelve el pulso del Abasto

La reapertura hace dos semanas del centro comercial, con las limitaciones que impone la pandemia que sufrimos, rescata la vitalidad de un rincón del barrio de Balvanera que ha dado identidad a la ciudad. Recorrer la historia de ese rincón porteño asociado para siempre a su mayor cantor, es pasar revista a las diferentes etapas de un mercado que le cambiò la vida a lo largo de los últimos 130 años.
Buenos Aires, 27 de octubre de 2020. La zona toma su nombre del antiguo Mercado de Abasto ubicado en Corrientes al 3200. No fue el primer mercado de la ciudad. Hasta finales del 1800, funcionaba el Mercado Modelo, frente a la Plaza Lorea, que junto con otros edificios fue demolido para ensanchar la Avenida de Mayo. Entonces los hermanos Devoto, quienes  tenían terrenos en el barrio de Balvanera, solicitaron el permiso para construir un mercado de abastecimiento. 

Así fue como el 8 de enero de 1889 se autorizó la construcción del Mercado Central de Abasto "en el terreno situado en las calles de Corrientes, Gral. Lavalle, Anchorena y Laprida, cuya área se compone de 25 mil metros cuadrados". Al mismo tiempo se formó la Sociedad Anónima Mercado de Abasto Proveedor (fundada por los puesteros del demolido Mercado Modelo), que compró los terrenos y el permiso para construir. Luego de tres años, en 1893 se inauguró la primer parte de 1300m2. En 1903 se amplió con el frigorífico y la fábrica de hielo. En 1928 se inauguró un anexo para la venta minorista. En 1933 el enlace con el subterráneo de la línea B permitió llegar con los vagones de carga del Ferrocarril al subsuelo del Mercado.

Con el aumento de la población porteña y los cambios en las tecnologías, el viejo Mercado tuvo que reinventarse. La demanda existente en la ciudad requería la construcción de nuevos mercados y la ampliación de los ya existentes, por lo que se decidió la construcción de un nuevo mercado en la manzana donde funcionaba el viejo. El nuevo mercado fue diseñado por el arquitecto esloveno Viktor Sulčič, el mismo de la Bombonera, que habìa emigrado al país y hecho sus estudios de arquitectura en Florencia y Bolonia, en Italia. 

Si los antiguos edificios se inspiraban en Les Halles de París, el diseño del gran edificio realizado por Sulčič era un muy original art deco con visos de brutalismo, y fue proyectado y dirigido por el estudio Delpini-Sulcic-Bes, al cual aquel pertenecía. La construcción fue realizada por la empresa constructora Arienti y Maisterra, que construiría varios edificios emblemáticos de Buenos Aires. El 28 de diciembre de 1931 fue colocada la piedra fundamental y fue reinaugurado el 24 de marzo de 1934, contando con una superficie de 44 000 m², acceso para tren y estacionamientos subterráneos.

Se combinaron 5 bóvedas casetonadas de hormigón armado (la central de mayor altura) perpendiculares a la Av. Corrientes, con otras secundarias hacia Anchorena y Agüero. La nave central también sobresale por ser el centro del eje de simetría de todo el edificio además de ser el acceso principal, que pasaron a ser una de las postales más representativas de nuestra ciudad. Lo más innovador fue el techo donde colocaron vidrios sobre los casetonados de hormigón armado, la estructura de vidrio armado forma bóvedas que no sólo permiten el ingreso de luz sino también funcionan como aislamiento térmico. Las plantas de grandes superficies y flexibles con cubiertas livianas, reflejan el proceso de modernización de la época. 

Las exigencias higienistas se tuvieron en cuenta y por eso todos los puestos minoristas de la planta alta tuvieron armazones de hierro enchapados en acero que aseguraron la limpieza de los locales. Pero lo más importante fueron los sistemas electro-magnéticos, colocados en los ventanales de la fachada que permitían regular la ventilación y los sistemas de extractores que permitían renovar el aire. Con esta ampliación, la zona se revitaliza, integrando las actividades del mercado con el ocio (teatro, juegos de naipes, bochas) y la gastronomía del barrio y un gran repertorio de depósitos de mercaderías a su alrededor, que gestionaban los puesteros del Mercado, configurando un fresco multitudinario del pueblo de la ciudad. Hasta el punto que asumiò el rol de gran protagonista de una trascendente pelìcula argentina. En 1955 se filmó la película "Mercado de Abasto" dentro del mercado, protagonizada por Pepe Arias y una Tita Merello antológica.

El fin de una etapa

El 9 de septiembre de 1971 el gobierno nacional promulgó una ley de fomento del establecimiento de mercados mayoristas de productos perecederos, estableciendo la creación de un Mercado Central único con el monopolio de comercialización mayorista de artículos alimenticios de primera necesidad para la Capital Federal y 25 partidos del Gran Buenos Aires. Sobre la base de esto, la municipalidad promulgó la ordenanza 37282, que indicaba que a partir del 1º de diciembre de 1982 deberían cesar en sus actividades los siete mercados mayoristas que operaban dentro de la jurisdicción municipal, incluyendo el Mercado de Abasto Proveedor.

Así fue como en 1984 se cerró el Mercado de Abasto definitivamente. Al año siguiente fue declarado Patrimonio Cultural de la Ciudad para impedir su demolición ya que por esa zona se iba a construir la AU3 según el plan de autopistas urbanas de Cacciatore. En 1987 se inició la obra para un centro comercial en el edificio nuevo y un centro cultural en el viejo, pero la hiperinflación de 1989 frenó todo. La crisis se agudizó y el barrio quedó semi-abandonado. En 1993 se trataron de rematar las acciones de la Sociedad Anónima Mercado de Abasto Proveedor sin éxito, hasta que en 1995 la empresa IRSA las compró y convirtió en 1998 el viejo Mercado de Abasto en el nuevo centro comercial Abasto Shopping.

Para esta nueva etapa hubo una importante remodelación. Modificaron los dos edificios del antiguo Mercado de Abasto y construyeron uno nuevo para conectarlos. El más antiguo con una estructura de mampostería y hierro con techos de chapa que data de 1893 está sobre el frente de la calle Lavalle. El otro con una estructura de hormigón armado con bóvedas de estilo art decó que forma la fachada principal sobre la Avenida Corrientes. Se demolieron los interiores y conservaron las naves casetonadas y los muros perimetrales. Se construyó uno nuevo que funciona como puente entre las dos construcciones antiguas, con una fachada vidriada y dos plazas secas con escalinatas (una sobre la calle Agüero y la otra sobre Anchorena). Se rehabilitó la conexión con el subte permitiendo acceder fácilmente, incluso los días de lluvia, a los 120.000m2 de un moderno centro de compras con locales comerciales, cines, sectores de entretenimiento, patio de comidas, plaza seca, entre otros. Así la zona recuperó nuevamente su brillo y el Abasto se transformó otra vez en un centro cultural, turístico y recreativo.


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