Comunales | Los manteros de vuelta

Las veredas del Once

Mientras hay comercios que llevan 146 días cerrados, los manteros volvieron a la avenida Corrientes apenas el gobierno porteño relajó las medidas de confinamiento en las zonas de mayor afluencia de público. Sin auxilio estatal, deben trabajar para mantenerse. Se ubican a metros de la estación Pasteur-AMIA de la línea B de subterráneos, sobre avenida Rivadavia entre Uriburu y Azcuénaga o en otros espacios de alto tránsito de peatones.
Buenos Aires, 18 de agosto de 2020. En la avenida Corrientes y tambièn en la avenida Rivadavia, en una extendida zona del barrio porteño de Once, los manteros y vendedores ambulantes, en su mayorìa migrantes africanos, volvieron a comercializar indumentaria, accesorios y chafalonería de todo tamaño y color generando la indignación y el repudio de algunos de los vecinos y comerciantes del lugar. Sin contención de planes oficiales que les compensen los ingresos perdidos por no trabajar en las calles, aprovechan el relajamiento de las medidas de confinamiento dispuesto por el gobierno porteño para retomar sus actividades comerciales en las veredas de la urbe.

En este marco ya conocido la Federación de Comercio e Industria de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (FECOBA) se expresó luego de observar una abultada cantidad de puesteros a metros de la estación Pasteur-AMIA de la línea B de subtes y sobre la avenida Rivadavia entre Uriburu y Azcuènaga, con mercadería sobre las veredas. Los comerciantes resumen sus problemas pero no logran visualizar las de sus improvisados competidores.

“La prohibición de abrir, la caída del consumo, la interrupción de la cadena de pagos, el aumento de los costos fijos y las obligaciones fiscales perjudican la actividad general y atentan contra el comercio, enfrentando a las empresas a su inevitable cierre, perdiéndose así cientos de puestos de trabajo”, advirtieron los miembros de la organización en un comunicado, en el cual le exigieron a las autoridades porteñas encontrar una solución para “la venta ambulante ilegal y la instalación y cooptación del espacio público con la modalidad de venta en mantas”. En la lista no enumeraron los créditos blandos promovidos por la Ciudad para el sostenimiento de su actividad ni las subvenciones nacionales para el pago de salarios, además de las exoneraciones en el pago de tasas e impuestos debido a las difíciles circunstancias actuales. Ninguno de esos beneficios alcanzan a los manteros.

En ese contexto, Fabián Castillo, presidente de la entidad que aglutina a diversas asociaciones y cámaras ligadas al comercio, mantuvo una reunión durante la mañana del jueves (13/08) con José Luis Giusti, ministro de Desarrollo Económico y Producción de la Ciudad. Allí reiteró la necesidad de resolver un problema que “pone en vilo a cientos de comercios legalmente establecidos en la Av. Avellaneda y en el barrio de Once, que es la necesaria reapertura comercial y la situación transversal de ambas zonas tras el creciente avance de la venta ilegal y la ocupación del espacio público”.

La Federación le entregó al ministro Giusti un documento donde indican los consecuencias sufren los comerciantes habilitados, “con el objeto de recibir una respuesta concreta a temas relacionados a la apropiación del espacio público bajo la modalidad de venta en mantas, la falta de seguridad e incremento de hechos delictivos en dichos ejes comerciales, la falta de agentes de tránsito que regulen y efectúen un control, y la carencia de inspecciones en ambas locaciones”.

Esta situación, que lleva años, se repite en horas en las que el Gobierno porteño deberá definir cómo será la reapertura de los comercios del barrio de Once y de la avenida Avellaneda que, hasta ahora, no pudieron volver a la actividad por estar ubicados en zonas de alto tránsito de personas.


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