Sociedad | Desalojo del BAUEN

La amenaza pendiente

Una semana después de la fecha señalada por la justicia para proceder al desalojo de los trabajadores del Hotel BAUEN, que ocupan el inmueble desde hace 17 años para garantizar su fuente de trabajo, todavía esa sentencia no se ha cumplido. Entre tanto, el macrismo le perdonó a la empresa que reclama la propiedad, las tasas de ABL e Impuesto Inmobiliario adeudadas desde hace 14 años. Fue por una iniciativa del oficialismo votada en la Legislatura.
Buenos Aires, 10 de diciembre de 2019. La semana pasada trascurrió aguardando un desalojo que no llegó. La fecha establecida por el juzgado interviniente era el 2 de diciembre. Ese día trascurrió con una intensa jornada solidaria en rechazo de la decisión, que convalida una maniobra empresaria fraudulenta. La agencia rusa Sputnik reflejaba la tensión de estas horas. "Los trabajadores aguardan con miedo e inquietud el desalojo del edificio, dictaminado por la Cámara Comercial al dejar firme una sentencia a favor de los antiguos dueños. En 2016, la expropiación llegó a ser aprobada por el Congreso argentino, pero fue vetada por el presidente, Mauricio Macri."

El Hotel BAUEN es gestionado desde el año 2003 por trabajadores organizados en una cooperativa que han sostenido el proyecto desde entonces y en la actualidad enfrentan una orden de desalojo dispuesta por la jueza Paula Hualde, del Juzgado Comercial 9. "Es una incertidumbre terrible la que estamos viviendo. El desalojo puede ser hoy a la tarde, mañana a la mañana, uno no sabe. Así que estamos acá, tratando de seguir subsistiendo y luchando", dijo a Sputnik Eva Lossada, presidenta de la cooperativa que administra el hotel desde 2003.

Actualmente, dentro del BAUEN trabajan alrededor de 80 personas, entre los miembros del colectivo de trabajo que da el servicio de alojamiento y su restaurante y cafetería Utopía, así como de otras cooperativas que usan diferentes espacios del edificio como la tienda gastronómica La Dignidad, el teatro El Descubridor y las revistas Cítrica y La Garganta Poderosa.

"Yo no permitiría que ningún compañero salga lastimado", declaraba la presidenta de la cooperativa. "Nosotros no somos fuerza de choque, cuando cortamos la calle fue para visibilizar y que nos atiendan. Tampoco pedimos nada prestado, no pedimos subsidio ni nada, solamente que nos dejen trabajar como lo venimos haciendo durante tantos años", dijo Lossada, con ojos húmedos.

En un reciente comunicado, los trabajadores destacaron que la empresa nunca pagó el crédito otorgado por la última dictadura militar. «La orden de desalojo deviene de un reclamo generado por Mercoteles S.A, empresa perteneciente al grupo BAUEN, que construyó el edificio con un crédito impago a la ex Banade, otorgado por la dictadura cívico-militar para ampliar la oferta hotelera del Mundial 78, dinero público que nunca fue devuelto al Estado Nacional. En diciembre de 2001, los mismos empresarios que recibieron esos fondos provocaron el cierre del hotel, dejando a todos los trabajadores en la calle y abandonando las instalaciones. En 2003 el hotel fue recuperado por los ex empleados y desde ese momento es una empresa gestionada por sus trabajadores».

En 1997, los propietarios vendieron el hotel a un grupo inversor chileno que, según los trabajadores, no se dedicó a sacar la empresa adelante sino a vaciarla. En el año 2000, el edificio fue vendido a la empresa inmobiliaria vinculada a los dueños originales que hoy reclama la propiedad. Los compradores continuaron a cargo de la administración pero finalmente declararon la quiebra en diciembre de 2001, en pleno estallido."

Los trabajadores del hotel, quienes no recibieron indemnización por despido alguno, decidieron resistir ocupando el espacio para sostener sus fuentes de trabajo, ya que muchos de ellos eran personas mayores con grandes dificultades para reinsertarse en una época como la de la peor crisis económica de la historia reciente, contaba Lossada. De esta forma, el BAUEN se convirtió en el emblema de casi 400 fábricas que fueron recuperadas por sus trabajadores y convertidas en cooperativas después del ´argentinazo´, la grave crisis económica y social que atravesó el país en 2001, a la que se refiere Lossada. A partir de ese momento, cientos de empresas que quebraron fueron ocupadas por sus empleados para no perder sus fuentes de trabajo. 

En 2003, se fundó formalmente la cooperativa a partir de un acuerdo con el Gobierno porteño de entonces, pero la batalla legal recién comenzaba. La primera orden de clausura fue en 2005, que les impedía funcionar como empresa, dictamen que no fue acatado y que fue revocado un año más tarde. Luego de años de resistencia legal en apelación a la primera sentencia de desalojo de 2007, se presentó una Ley de expropiación, que fue aprobada por ambas cámaras del Congreso nacional en 2016. Sin embargo, el presidente Mauricio Macri la vetó por "favorecer exclusivamente a un grupo particularizado, sin traducirse en un beneficio para la comunidad en general".
"El edificio en sí sabemos que no es nuestro, siempre lo decimos, esto debe ser del Estado. Está en las manos de ellos, no en las nuestras. Hicimos todo lo que pudimos. Quedará escrito en la historia que los trabajadores quisieron hacer algo bueno. Ya presentaron otro proyecto en el Congreso y si sale positivo bienvenido sea", dijo Lossada

Larreta perdona las deudas de Mercoteles

En la última sesión de la legislatura porteña -a instancias de un proyecto presentado por el diputado oficialista Claudio Romero- se eximió del pago del ABL e impuestos brutos adeudado desde el 2005 hasta la actualidad. En uno de sus extractos el proyecto dice: “Considero impertinente que la persona cuyo inmueble fue usurpado, deba encima pagar los impuestos del mismo. El derecho a la propiedad es un principio inalterable de la vida democrática; si un ciudadano se ve impedido de ejercerlo, es menester que el cobro de los impuestos sea condonado”.

La beneficiada es la empresa Mercoteles S.A., propiedad de la familia Iurcovich. La Agencia de Noticias Solidarias (Ansol) señaló que "Con la totalidad de votos del oficialismo, la legislatura porteña condenó la deuda de ABL e impuestos brutos que tenía la empresa Mercoteles S.A., propiedad de la familia Iurcovich, sobre el hotel ubicado en Callao 360."

"La condonación de deuda de ABL e Inmobiliario a Mercoteles S.A. de la familia Iurcovich no hace más que confirmar la estrecha vinculación política y de intereses económicos entre el gobierno porteño y los titulares registrales. Con esta medida, y de continuarse con el desalojo de la cooperativa, Iurcovich recuperaría el inmueble del préstamo que nunca pagó, dejando a más de 100 familias en la calle sin pagar un peso de indemnización y sin deuda municipal. En fin: capitalismo del bueno, entre amigos", expresó en diálogo con la Agencia de Noticias Solidarias Ansol, Ataliva Dinani, abogado de los trabajadores del Hotel Bauen.


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