Porteñas | La apuesta de Larreta

Quórum propio

Desde 2017, Larreta gobernó sin sobresaltos. Cada proyecto del Ejecutivo se convirtió en ley gracias al quórum propio de la alianza gobernante y la férrea disciplina con que se manejan. Para seguir con quórum propio, el PRO necesita al menos 15 de las 30 bancas que renueva la Legislatura porteña. Es decir, debe tener un desempeño similar al de la histórica elección de 2017. Algo difícil, según parece. De todos modos, temen una rebelión de microbloques entre los propios legisladores. Por Juan Castro, para la Cooperativa de Editores EBC
Buenos Aires, 9 de julio de 2019. La experiencia lo mostró: es importante, y muchas veces excluyente, tener la mayoría en la Legislatura porteña. Desde el oficialismo PRO (hoy Juntos por el Cambio) lo saben y por eso la renovación en Perú 160 es tan importante como la reelección de la fórmula Horacio Rodríguez Larreta - Diego Santilli en el Poder Ejecutivo, dando continuidad a la gestión amarilla que se remonta a 2007. 

En las elecciones generales del 27 de octubre de este año se renuevan 30 de los 60 escaños de la Legislatura porteña. El oficialismo gestiona durante casi dos años con 34 bancas a su favor, por las que tuvieron quórum y mayoría propia. 

El año pasado Vamos Juntos hizo aprobar, en solitario, polémicos proyectos: reforma de los Códigos Urbanístico y de Edificación; creación de la UniCABA (universidad de formación docente que a largo plazo reemplaza a los 29 profesorados); subasta de terrenos públicos porteños (propiedad de Ciudad o Nación). Fueron iniciativas rechazadas por fuerzas vivas porteñas, desde comunidades educativas hasta entidades barriales. Las audiencias públicas o las reuniones de las comisiones parlamentarias exponían que las leyes se hacían realidad sólo por este quórum.

Por la renovación, el oficialismo pierde 18 legisladores propios. Se queda con 16, con mandato hasta 2021. En las elecciones debe incorporar al menos a 15 nuevos representantes para tener 31 escaños (la mitad más uno). El armado de Juntos por el Cambio en esta oportunidad incluye a integrantes de la Coalición Cívica, Confianza Pública, Evolución y el socialismo. Están en los primeros lugares y van a entrar varios de estos representantes, antes que los "PRO puros". Para que el oficialismo continúe con el quórum propio necesita que todas las incorporaciones le respondan.  

En off, algunos legisladores consultados dicen que todavía no está definido: "La atención es mantener la identidad del bloque con el que trabajamos estos años". Este asunto no está definido. En los primeros lugares de Juntos por el Cambio hay al menos tres lugares con bloque propio que en varias ocasiones votaron contra el PRO: Roy Cortina (socialismo); María Patricia Vischi, Marcelo Guouman (Evolución). 

Si deciden mantener los bloques y no sumarse al oficialismo para votar siempre de forma alineada, Juntos por el Cambio debe incorporar al menos 18 legisladores de los 30 que hay en juego. En cuanto a votos, sólo para tener 15 lugares debe tener un piso en torno a los 900.000 electores (casi la mitad de las personas habilitadas), ya que se emplea el Sistema D´Hondt y la distribución depende del desempeño de otras listas. 

En las elecciones de 2017 el oficialismo, que se presentó con el nombre Vamos Juntos (PRO, Coalición Cívica, Confianza Pública y otros aliados), alcanzó el 50% de los votos, una marca histórica. Tuvo el apoyo de 971.116 electores, lo que implicó la incorporación de 16 legisladores.  

En segundo lugar, con 243.648 y cuatro bancas a favor, se ubicó el frente Evolución, integrado por radicales y socialistas liderados por Martín Lousteau, quien este año es aliado del oficialismo y se postula como primer candidato a senador porteño. Hoy el bloque Evolución tiene cinco representantes, de los cuales dos culminan a fines de 2019.  

Por eso para este año hay expectativas contrapuestas. Muchos opinan que la elección a presidente de la Nación (disputa que polarizará entre la continuidad de Mauricio Macri o la llegada de Alberto Fernández secundado por Cristina Fernández de Kirchner) determinará el resto de la boleta electoral, es decir, cargos a jefe y vicejefe de Gobierno, legisladores y hasta comuneros. En el oficialismo creen que la sucesión de Casa Rosada no afectará lo local. Confían en el apoyo ciudadano por la inauguración de obras como el Paseo del Bajo, los viaductos de los trenes Mitre y San Martín, los nuevos espacios públicos. 

Puertas adentro, hay enojos en el armado de la lista de legisladores. Quienes se definen como "PRO puros" o referentes territoriales están enojados porque los primeros lugares de la lista fueron a bloques aliados como Coalición Cívica, Confianza Pública, Evolución, incluso el Partido Socialista. Algunos temen que esto derive en pequeños bloques de dos o tres legisladores que hagan perder fuerza al oficialismo.  

En sus primeros años, el PRO resolvió la falta de quórum propio al acordar con partidos y monobloques aliados. Consecuencia de las elecciones de 2015 y 2017, donde el armado opositor de Lousteau viró hacia el oficialismo, se configuró el actual interbloque Vamos Juntos con 34 bancas. Sectores "puros" ven como un retroceso tener que depender de bancadas pequeñas. De todos modos, llegado ese escenario será importante el rol de estos legisladores, con mandato hasta 2021: María Inés Gorbea, Leandro Halperin, Juan Francisco Nosiglia (Evolución); Hernán Arce (Socialismo); Sergio Abrevaya (GEN). 

Tras la expansión del oficialismo en la Legislatura, la oposición quedó referenciada en dos ejes: el Frente de Todos (Unidad Ciudadana y Bloque Peronista) y la izquierda (Frente de Izquierda y de los Trabajadores y Autodeterminación y Libertad). Los primeros reúnen hoy 12 legisladores, de los cuales la mitad termina su mandato. En tanto que el FIT tiene 3 legisladores, de los que dos continúan, mientras que Autodeterminación intentará preservar su presencia en el recinto, promoviendo la reelección de Fernando Vilardo.

Juan Castro


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