Buenos Aires, 5 de febrero de 2019. Larreta dio marcha atrás. No cerrará las escuelas nocturnas, al menos por ahora. A fin de mes derogó la resolución que contemplaba que no se recibirían inscripciones para primer año en 2019 en los comerciales nocturnos, y que justificaba la medida en la supuesta obsolescencia de los planes de estudio de esas escuelas. Frente a esta situación, la comunidad educativa y los gremios docentes manifestaron una fuerte oposición que caló en la sociedad.

Ahora, el primer artículo de la nueva resolución establece que queda sin efecto la 4055. El segundo dice: "Ratifíquese que las acciones desarrolladas en el marco de la transformación educativa en ningún modo conllevan el cierre de establecimientos educativos". Y el tercer punto consigna que se aprueba la conformación de una mesa de trabajo con actores representativos de los distintos sectores involucrados en el funcionamiento de las escuelas secundarias nocturnas, "para el desarrollo de los lineamientos generales de las propuestas educativas a implementar a partir del ciclo lectivo 2020" en esos secundarios comerciales turno noche.

Después de que se diera a conocer la marcha atrás en el cierre de los establecimientos, el titular de UTE, Eduardo López, celebró: "El gobierno de Larreta y Acuña derogó la Resolución 4055 que cerraba los comerciales nocturnos. Luchar tiene sentido. Agradecimiento absoluto a la comunidad educativa verdaderos protagonistas de este logro".

Que no cierren los comerciales nocturnos por la presión de los afectados y de la opinión pública, no quiere decir que todo está arreglado. Las autoridades ahora definieron un exiguo plazo de un mes para completar las inscripciones a primer año y, si no alcanzan un número suficiente, tendrán otro argumento para justificar su discontinuidad. Es un juego en el que es experta la ministra Acuña. Se vio claro antes, cuando aseguraba que no se cerraban escuelas sino que, por el contrario, se abrían. Decir medias verdades para mentir.

Posverdad es neologismo moderno (apenas 20 años de acuñado) que refiere a la distorsión deliberada de una realidad, con el fin de crear y modelar la opinión pública e influir en las actitudes sociales, apelando a las emociones y creencias personales del público. 

Las nocturnas funcionan en instalaciones donde, por la mañana y la tarde, se realizan otras actividades. Cerrar cursos no es idéntico a cerrar edificios. Esa es la parte de verdad que decía Soledad Acuña. Pero los cursos efectivamente se cerraban. Frente a eso, el Gobierno no tenía explicaciones o decía pavadas. Tanto que el Jefe de Gobierno se tuvo que escapar a las corridas e insultado por los vecinos de una reunión en el Club Yupanqui de Villa Lugano, antes de derogar la resolución cuestionada. 

Allí se topó con encendidos reclamos por el cierre de las escuelas nocturnas. "¡Rata! ¡Te escapás como rata!", le gritaron mientras dejaba el lugar rodeado por su seguridad. "Invirtamos en educación y no va a haber necesidad de hacer ninguna cárcel. Invirtamos en tizas, jefe de Gobierno", le reclamó un vecino antes de que Larreta tuviera que abandonar el encuentro asediado por el reclamo y sin ningún vecino que se animara a defender la decisión del gobierno.

Las autoridades porteñas señalaban que esa decisión era necesaria porque estas secundarias no son elegidas por los alumnos, el programa de estudio está desactualizado ("es de 1974") y tienen una tasa de graduación más baja que otras alternativas de educación secundaria para adultos. "No nos negamos a que se actualice la modalidad de estas 14 escuelas. Lo que rechazamos es su cierre. Se pueden realizar cambios curriculares o de estructura con las escuelas nocturnas funcionando e inscribiendo alumnos de primero a cuarto año", señaló Eduardo López, secretario General de la UTE, y añadió: "Los equipos de conducción de esas escuelas han propuesto cambios y adaptaciones que nunca fueron escuchadas por el Ministerio de Educación porteño". 

En números, en la Ciudad hay 484 mil personas de 16 años y más que no finalizaron la escuela secundaria y no asistieron a un establecimiento educativo en 2018, de acuerdo con datos de la Encuesta Permanente de Hogares del INDEC que analizó Leandro Bottinelli, director del Observatorio Educativo de la Universidad Pedagógica Nacional.

Entre esas personas, alrededor de 55 mil tienen entre 16 y 29 años, "una población joven que debe ser priorizada", señaló el especialista y concluyó: "En lugar de cerrar ofertas educativas para jóvenes y adultos porque tienen pocos alumnos, se deberían enriquecer y mejorar la calidad de estas propuestas educativas, además de desarrollar una campaña de inscripción a la escuela secundaria para aquellos que no la finalizaron".

"La cantidad de adultos con la secundaria incompleta es casi 25% en la Ciudad de Buenos Aires, una cifra enorme para el distrito más rico del país y además una gran injusticia si se tiene en cuenta que el nivel secundario es obligatorio y representa la formación básica para acceder a un empleo y a una ciudadanía plena", señaló Claudia Romero, directora del área de Educación de la Universidad Torcuato Di Tella.

                               Santiago Pujol

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