Comunales | Por el Jardín del Ramos

Semaforazo de protesta

Docentes, integrantes de la comunidad educativa y vecinos se dieron cita ayer en la esquina de Belgrano y Jujuy para reclamar la reapertura del lactario del Jardín del Ramos Mejía, anticipo de su cierre programado por el gobierno porteño. "Cerrar escuelas infantiles también es lesionar los derechos de las mujeres", señalaban las madres trabajadoras."El Gobierno de la Ciudad no nos escucha y pretende cerrar el jardín", denunciaron. El argumento de una "medida sanitaria" de protección de los chicos por tratarse de un hospital, se contradice con el hecho que sólo después de una condena judicial el gobierno porteño construyó una entrada independiente para el jardín que funciona el Hospital Tornú, entrada propia que siempre tuvo el del Ramos.
Buenos Aires, 27 de noviembre de 2018. La protesta comenzó después de las 17,30 en el cruce de Belgrano y Jujuy, en Balvanera. La comunidad educativa del jardín del Ramos se manifestó en rechazo del cierre progresivo de salas de esa institución, así como la no asignación de las vacantes disponibles. "El Gobierno de la Ciudad no nos escucha y pretende cerrar el jardín", denunciaron.

La falta de vacantes en escuelas públicas porteñas y, peor aún, el cierre de salas y escuelas infantiles, no sólo vulneran los derechos de las y los más chiquitos. También, los de sus mamás. Suelen ser ellas quienes quedan a cargo de su cuidado cuando el Estado no da alternativas, aunque –como en este caso- la Constitución porteña así lo disponga. Por eso, ayer confluyen dos reclamos en uno. Además del repudio al cierre de la Escuela Infantil 6 del Distrito Escolar 6 (el jardín de infantes del Hospital Ramos Mejía), se conmemoró el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres.

Dos reclamos en uno: el repudio al cierre de la Escuela Infantil 6 del Distrito Escolar 6 se fusiona con la movilización por el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres. Porque el cierre de salas y jardines afecta, principalmente, a las trabajadoras. "La consigna de las familias de la institución señala que cerrar una escuela infantil cercena varios derechos al mismo tiempo ya que, junto a acceso a la educación de lxs niñxs, se vulnera el derecho de lxs trabajadorxs, fundamentalmente de las mujeres trabajadoras que son, en la mayoría de los casos, quienes asumen esa tarea", planteó la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE), que acompañó la medida con la presencia de su secretario general, Eduardo López.

También estuvieron acompañando el reclamo, la ex rectora de la Escuela Mariano Acosta, profesora Raquel Papalardo y Verónica Bruk, integrante de la Junta Comunal 3. 

Distinta vara

El Ejecutivo porteño argumentó que el cierre progresivo de la Escuela Infantil 6 del DE 6 se debe a una "medida sanitaria" ante el riesgo que implica un jardín en ámbito hospitalario. Pero en otro jardín similar, en el Tornú, fue necesaria una orden judicial para que el GCBA evitara que los chicos atravesaran el hospital para llegar a sus salitas.

Cuando a fuerza de lucha e insistencia la comunidad educativa del jardín de infantes que funciona en el Hospital Ramos Mejía logró que el reclamo contra el cierre de salas cobrara visibilidad, el Gobierno de la Ciudad tuvo que empezar a referirse públicamente al tema. El argumento que comenzó a esgrimir es que el cierre obedecía a una "medida sanitaria", ante los riesgos que implica que haya nenes y nenas en un ámbito hospitalario. 

"Tener un jardín dentro de un hospital no siempre es lo más aconsejable", dijo Larreta al ser entrevistado por Gustavo Sylvestre y consultado sobre el caso. Tras negar que se trate de un cierre y definirlo como un traslado –pese a que oficialmente se confirmó el cierre del lactario para el año que viene y el cierre progresivo de las salas de uno y dos años, y no se asignaron las vacantes disponibles para el resto de las salas-, el jefe de Gobierno recurrió a ese planteo para defender que el prestigioso jardín del Ramos deje de funcionar allí.

El mismo argumento había expresado semanas atrás la ministra de Salud, Ana María Bou Pérez, en una reunión con referentes sindicales preocupados por el cierre de salas. En ese encuentro, señaló que el cierre se debe a una "medida sanitaria", porque el jardín está dentro de un hospital e implica riesgos de contagio para los chicos y porque el edificio no está en condiciones. "Le refutamos todo. La ministra contestó que no hace falta que algún chico se haya contagiado, que es una medida preventiva. Pero el jardín tiene ingreso con entrada propia, no hay que pasar por el hospital. Y reformaron salas con presupuesto del CGBA. Se caía la argumentación que ellos tenían", contó por entonces a este portal Norberto Gómez, uno de los delegados de Sutecba presente en esa reunión.

Pero no todos los jardines son iguales. La Escuela Infantil 2 del Distrito Escolar 14 funciona en el predio del Hospital Tornú. Hasta el mes pasado, ese jardín de infantes carecía de entrada independiente. Los nenes y nenas debían atravesar el hospital para llegar a sus salitas. El Gobierno de la Ciudad construyó una entrada independiente hace poco. Pero no lo hizo por decisión propia: fue necesaria una orden judicial para que el Ejecutivo porteño acatara ese reclamo –entre muchos otros- de la comunidad hospitalaria y educativa.

Fue en agosto pasado cuando el Juzgado de Primera Instancia en lo Contencioso y Administrativo y Tributario Nº2, a cargo de Andrés Gallardo, ordenó al Gobierno porteño  realizar una serie de obras y mejoras en el Tornú, en no más de 45 días corridos. La causa estaba en la Justicia desde 2012; hubo sentencia contra el Gobierno de la Ciudad en 2014, que encontraba firme desde agosto de 2016. Sin embargo, la gestión macrista seguía sin cumplir con las refacciones y obras necesarias para garantizar la seguridad de trabajadores y pacientes. Entre ellas, la entrada independiente para el jardín. Recién tras la intimación judicial se concretó.

"La entrada nueva se hizo finalmente. Los pibes para entrar a su jardín no tienen por qué atravesar el hospital", apuntó Gabriel Rosenstein, médico del Hospital Tornú. Advirtió, de todos modos, que otras de las obras previstas "siguen siendo un desastre; la misma empresa que mantuvo el hospital así –vinculada a Nicolás Caputo- está haciendo los arreglos".



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