Buenos Aires, 30 de octubre de 2018. La comunidad de la escuela infantil del hospital Ramos Mejía se reunió con sindicatos que representan los colectivos laborales afectados por el cierre del Jardín y decidieron tomar medidas de fuerza. En ese marco, los trabajadores llamaron a un cese de actividades hoy a la mañana en protesta a la medida oficial de cerrar los niveles iniciales de la escuela infantil y para realizar un abrazo simbólico al lugar. Bajo el lema "Defendamos la educación pública", la comunidad educativa del Ramos Mejía pidió informar la situación, ya que "nos cuesta mucho visibilizar este conflicto debido a que los medios están presionados y dependen de la pauta publicitaria del Gobierno de la Ciudad".

La comunidad educativa de la escuela infantil del hospital Ramos Mejía se reunió con los sindicatos Unión Argentina de Maestros y Profesores (Camyp), la Asociación de Enseñanza Media y Superior (Ademys), la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE) y el Sindicato Único de Trabajadores de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Sutecba) para organizar los pasos a seguir. "Desde la noticia del cierre del Lactario el 11 de octubre pasado, no tuvimos novedades", pese la continuas gestiones, indicaron para explicar la medida. 

"No tuvimos ninguna noticia, ni de la directora de Educación Inicial, María Susana Basualdo, ni de ninguna autoridad del ministerio de Educación. Asimismo, las familias dialogaron con la subsecretaria Andrea Bruzos en el marco de las reuniones periódicas del jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, con vecinos en el barrio del Abasto. La funcionaria negó cualquier denominación del cierre y luego dijo que si queremos inscribir a los bebés podemos elegir otro jardín. Ante nuestra insistencia de su grave equivocación, nos tomó el teléfono y se comprometió llamarnos el 24 de octubre, para citarnos a una reunión. Nunca lo hizo". En ese contexto este martes "de 7 a 9, los trabajadores del hospital llamaremos a un cese de actividades en protesta por el cierre del Jardín. Además, a las 8, habrá un abrazo y conferencia de prensa", agregaron.

Ayer lunes se presentaron los petitorios firmados en el ministerio de Educación y pidieron una reunión "urgente" con la subsecretaria Andrea Bruzos.

En Ciudad de Buenos Aires, faltan por lo menos 17.000 vacantes en la escuela pública, situación que se agrava año a año y especialmente en el área de jardines maternales e inicial. Sin embargo, el gobierno porteño quiere cerrar los jardines maternales. Aunque la ley lo obliga a garantizar vacantes a los bebés desde el día 45, solo para ese nivel faltan unas 10.000 plazas, con el enorme perjuicio  que significa no solo para las criaturas sino para las madres trabajadoras. Insólitamente, en vez de planificar una solución, hay varios jardines maternales y de infantes bajo amenaza de cierre.

En este contexto el Gobierno de la Ciudad decidió cerrar tres salas de la Escuela Infantil 6 del Distrito Escolar 6. Los afectados son el lactario, la sala de deambuladores -bebés de un año- y sala de dos. El edificio funciona en Venezuela 3158, en el hospital Ramos Mejía, del barrio de Balvanera. El jardín funciona hace tres décadas y muchos de sus alumnos son hijos de trabajadores del Ramos Mejía. Nueve docentes quedan si trabajo por esta decisión que ataca a familias trabajadoras y sus hijos en un barrio humilde del sur porteño.

Según el comunicado de la Asociación Cooperadora de la Escuela, las autoridades anunciaron el cierre definitivo de la sala Lactario a partir del año próximo, 2019, y de las salas de uno y dos años en 2020 y 2021. Las salas fueron refaccionadas después de los daños causados por una tormenta en abril pero el ministerio de Educación -aunque la obra ya terminó- decidió que sigan vacías.

La ministra de Educación Soledad Acuña ha confirmado ese plan ante los Legisladores: dijo que las vacantes del Ramos serán derivadas al jardín que se proyecta en esa manzana de Belgrano y Jujuy. Que se trasladan 356 vacantes, y que el nuevo jardín tendrá 406. Es decir, sólo se crean 50 vacantes. Algo que no se condice con lo prometido a los vecinos de la Manzana 66, que lucharon por ese espacio y a quienes les garantizaron 300 nuevas vacantes para salas de tres a cinco años (dejando de lado el nivel maternal, en una avanzada del Gobierno porteño que no sólo se observa en el caso del jardín del Ramos).

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