Comunales | Hospital Ramos Mejía

Cierran salas del jardín

Las autoridades educativas porteñas decidieron el cierre progresivo de salas del Jardín Maternal que funciona dentro del hospital Ramos Mejía. En principio, no habrá inscripciones para el lactario en el 2019. Argumentan la futura construcción de un nuevo jardín en el predio de la Manzana 66, obra que todavía ni empezó. La supervisora informó a las familias que "el lactario no aparece en el sistema no debido a un problema informático sino porque se cierra, y que se van a trasladar las salas de tres, cuatro y cinco años al nuevo edificio de la Manzana 66".
Buenos Aires, 16 de octubre de 2018. El Gobierno de la Ciudad decidió cerrar tres salas de la Escuela Infantil 6 del Distrito Escolar 6. Desaparecerían el lactario, la sala de deambuladores -bebés de un año- y la sala de dos años. La escuela funciona en Venezuela 3158, dentro del Hospital Ramos Mejía, en el barrio de Balvanera. 

El jardín funciona hace 3 décadas y muchos de sus alumnos son hijos de trabajadores del Ramos Mejía. Según el comunicado de la Asociación Cooperadora de la Escuela, las autoridades anunciaron el cierre definitivo de la sala Lactario a partir del año próximo, 2019, y de las salas de 1 y 2 años en 2020 y 2021. Las salas fueron refaccionadas después de los daños causados por una tormenta en abril pero el Ministerio -aunque la obra ya terminó- decidió que sigan vacías.

La supervisora informó a las familias que "el lactario no aparece en el sistema no debido a un problema informático sino porque se cierra, y que se van a trasladar las salas de tres, cuatro y cinco años al nuevo edificio de la Manzana 66". La funcionaria destacó que la decisión proviene de la Ministra Soledad Acuña, que es "inamovible" y que la alternativa para los niños y niñas de hasta dos años son los Centros de Primera Infancia (CPI), que no dependen de Educación sino de Desarrollo Social. Los CPI (Centro de Primera Infancia) son instituciones de contención social tercerizadas que dependen de Desarrollo Social y no tienen proyecto educativo. 

“Esta insólita decisión de borrar de un plumazo el acceso a la educación para los más pequeños significa lisa y llanamente aniquilar nuestra escuela tal como la conocemos, y un claro perjuicio para muchas familias, sobre todo para los trabajadores del Hospital por la accesibilidad y conexión de su lugar de trabajo al jardín (…) Lo que nuestros hijos e hijas aprendieron en su paso por el jardín maternal no lo podrían haber aprendido en otro lugar. No permitiremos que comparen el funcionamiento de una escuela con el de un Centro de Primera Infancia, dependencia de Desarrollo Social, donde el foco no estaría puesto en la educación sino en la contención social. No hay proyectos pedagógicos y los trabajadores se encuentran bajo contratos precarizados”, sostiene el comunicado de la cooperadora, que reclama que las autoridades habiliten un período de inscripción extraordinaria para el Lactario 2019.

El cierre de los tres primeros niveles es un problema grave pues son esenciales para padres que trabajan. Además nueve docentes quedan sin su puesto y 12 bebés sin vacantes, ya que la inscripción on line cerró la semana pasada. Además, este año la jornada de funcionamiento de la escuela se recortó hasta las 19, cuando siempre la tuvo extendida hasta las 21, ya que es un establecimiento con prioridad para los hijos e hijas de trabajadores del mismo Hospital en el que funciona.

El reclamo comenzó por dos motivos. Por un lado, pedir la rehabilitación de las salas de cuatro y cinco años –dañadas tras una tormenta- y el retorno de los chicos y chicas que habían sido trasladados a otra institución. Por otro lado, exigir respuestas ante la desaparición de la sala-lactario del sistema de pre-inscripción online para 2019. En el camino de la lucha, la comunidad educativa recibió una noticia que empeoró el panorama: el Gobierno de la Ciudad planea cerrar las tres salas del nivel maternal y trasladar las otras tres al nuevo jardín que se construirá en la Manzana 66, a unas cuadras del Ramos Mejía, donde las 300 nuevas vacantes prometidas se reducirían así a cerca de 100.

En julio de este año las familias organizadas lograron que se refaccionen tres aulas del jardín con grandes filtraciones de agua. Las obras se terminaron el 14 de septiembre, pero aún no se dio la orden de que los niños vuelvan. Las autoridades del área hicieron saber a la comunidad educativa que las aulas permanecerán cerradas hasta fin de año.

Ante las malas novedades y la inminencia de la finalización de las inscripciones docentes y padres se movilizaron para realizar un abrazo a su escuela en dos oportunidades la semana pasada. La comunidad educativa de Balvanera, con padres, madres y organizaciones barriales, protestaron para rechazar el anuncio del gobierno porteño que prevé el recorte de la Escuela Maternal 6. "Hay mucha gente angustiada", advirtió Valeria, docente y delegada de UTE, en el móvil de Mauricio Polchi para "La Mañana" de Víctor Hugo Morales.

"Ni un jardín menos" y "no al cierre del lactario" fueron algunas de las consignas plasmadas en la protesta frente a la Escuela Infantil 6 del DE 6, más conocida como el jardín del Ramos Mejía. Los últimos días fueron de movilización casi constante para la comunidad educativa de la Escuela. Padres, madres y docentes realizaron dos abrazos y se organizaron para visibilizar la amenaza del cierre que recayó sobre ese jardín, que funciona en el predio del hospital Ramos Mejía.  

"No tuvimos ninguna respuesta aún. Al finalizar el corte, quedamos en volver a concentrar y luego iremos a la Legislatura, para la reunión de la Comisión de Educación", contó Valeria Scaffa, delegada de UTE de la Escuela Infantil 6 del Hospital Ramos Mejía.

El repudio por el eventual cierre del jardín maternal se da en un contexto en el que los chicos y chicas que quedan sin vacante en las escuelas públicas porteñas superan los 17 mil, siendo el nivel inicial el más afectado. Según informaron autoridades de la cartera que conduce Soledad Acuña a familias y docentes de la Escuela Infantil 6, la decisión política no apunta a garantizar las vacantes para las primeras salas sino al contrario: cerrar los jardines maternales y apuntar a que sólo existan los Centros de Primera Infancia, guarderías con personal no docente que dependen de Desarrollo Social y no de Educación.

"Se necesitan 35 escuelas primarias en zona sur y Retiro y 40 escuelas infantiles de 45 días a cinco años en toda la Ciudad para garantizar escolaridad a más de 17 mil niños y niñas que quedan afuera cada año. Se excusan en la falta de presupuesto. Pero en 2017 destinaron más de $ 2 mil millones para publicidad oficial. Con ese monto podrían haber construido esas escuelas que faltan. No falta dinero, falta voluntad política de resolver el problema", analizó una de las docentes.

Y agregó "Las fallas en el sistema de inscripción, que haya sido impuesto de manera arbitraria y que sea expulsivo especialmente para las familias de bajos recursos no son errores involuntarios sino que forman parte de una política planificada de vaciamiento y privatización de la educación pública, no podemos permitir que sigan avanzando."

El tema se coló en el encuentro que el jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, mantuvo con los vecinos de San Cristóbal, "escuchando las propuestas de vecinos y vecinas para mejorar el barrio". Una integrante de la comunidad educativa del jardín del Ramos Mejía pidió el micrófono: "Venimos a decir que estamos en el peor momento de la historia del jardín, desde hace 40 años. Alberga a aproximadamente 400 niños de las siete de la mañana a las siete de la tarde. Hijos de trabajadores de la comunidad del hospital. Con un excelente nivel. Nos enteramos que desde el Ministerio de Educación, por decisión política de este Gobierno, cierran la sala de lactario para el año que viene y que a partir del año que viene cierran el jardín para abrir otro en la Manzana 66". Y expresó: "Nosotros estamos desesperados como comunidad de trabajadores, de docentes y la comunidad entera. Porque a partir del año que viene no tenemos más derecho las trabajadoras de poder inscribir a nuestros hijos. ¿Y qué vamos a hacer, si no podemos con nuestros sueldos pagar jardines maternales privados ni tenemos familias para cuidar a los niños cuando tenemos que ir a trabajar? Queremos pedirle al Gobierno que intervenga. Esperamos la respuesta y solución". La contestación del mandamás porteño tras esa larga intervención fue un simple "gracias". 



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