Comunales | Centro Gallego de Buenos Aires

La crisis sigue siendo noticia

Las pasadas elecciones de nuevas autoridades del Centro Gallego de Buenos Aires fueron motivo de que una sucesión de notas en periódicos españoles, en los que el protagonista es Ramón Suárez Álvarez, su actual presidente. La Voz de Galicia publicó el pasado domingo un extenso reportaje al nuevo referente institucional, realizado en Buenos Aires por su corresponsal Javier Vence. Pero no sólo en Galicia se interesan en el tema. También en Cataluña. Allí CatalunyaPress hace una semana también publicó otra nota con declaraciones del nuevo presidente, titulada "A la Xunta no le pedimos nada, sólo que dejen de arrebatar socios al Centro Gallego", que realizó Manuel Vilas López.
Buenos Aires, 25 de setiembre de 2018. Después de afirmar que "En el Centro Gallego de Buenos Aires no tenemos compromisos con nadie", el nuevo presidente asegura que su máxima aspiración es mantener la atención sanitaria para los socios, para lo cual requiere 40 millones de dólares para volver a ponerse en marcha y atender también sus deudas con el Estado, el personal y los proveedores, y que en la entidad están "abiertos a recibir todo tipo de propuestas".

Suárez Álvarez señala sin cortapisas que en parte los problemas de la entidad han sido generados por acciones de sectores españoles. "Las autoridades de la Xunta de Galicia estuvieron muy pendientes del proceso de elecciones, al igual que el embajador de España, puesto que conocen muy bien mi aspiración de recuperar el espacio que al Centro Gallego le corresponde en la obra social Ospaña, del que fue desafectado por la petición expresa de los Gobiernos que entonces encabezaban Mariano Rajoy y Alberto Núñez Feijoo. Más que desinterés me permito sugerir que es interés nocivo", dice.   

Ante una pregunta de Javier Vence sobre la posibilidad de convertir el centro en un hospital público. Suárez Álvarez respondía "El Centro Gallego es una mutua privada argentina. Sus dueños son los socios. Pero ante peticiones como la de la campaña "Hay que salvar al Centro Gallego" dije que, si los Gobiernos ponían el dinero necesario, nosotros no tenemos predilección por quién pueda ser el inversor. Venga de donde venga el dinero, nuestras aspiraciones son atención sanitaria de por vida para los asociados, cancelar deudas actuales y posibles emergentes y propiciar, dentro de nuestras posibilidades, el pago absoluto de la enorme deuda con trabajadores y conservar la mayor cantidad de puestos de trabajo." Y reforzaba su visión de las cosas afirmando que "No existe la menor posibilidad de que el hospital funcione a menos que alguien nos aporte los imprescindibles 40 millones de dólares con los que podamos iniciar la marcha nuevamente desde una base real y sólida. Las utopías ya no tienen lugar."

Sin embargo, las autoridades gallegas vinculadas al Partido Popular han obrado en el pasado contra la persistencia de "una de las instituciones más importantes de la historia de Galicia", que como indicaba la publicación catalana "corre serio riesgo de desaparecer a medio plazo. Las deudas y la falta de apoyo gubernamental pesan como una losa sobre la nueva directiva del Centro Gallego de Buenos Aires, tabla de salvación a la que se agarraron miles de gallegos cuando la pobreza o la represión franquista los condenaron a la emigración." Quizás se debe a ese pasado de militancia antifranquista, que se hizo fuerte en Buenos Aires.

Por eso, Suárez Álvarez afirma "A la Xunta no le pedimos nada, sólo que dejen de arrebatar socios al Centro Gallego". El periodista Ramón Suárez O Muxo, actual presidente del Centro Gallego de Buenos Aires reclama "que reviertan la vergonzosa postura que públicamente exponen de querer seguir captando socios del Centro Gallego para la Obra Social ESPAÑA (OSPAÑA), cuyo Vicepresidente es justamente el Delegado de la Xunta en la Argentina. Somos una entidad privada y en función de ello serán los pasos que daremos."

Llamativamente, OSPAÑA "fue autorizada para salvar al Centro Gallego de su difícil situación económica en el año 2006, a través de una medida excepcional del expresidente Néstor Kirchner. En la Argentina, las obras sociales sólo pueden pertenecer a entidades sindicales, OSPAÑA, que repito, fue creada para salvar al Centro Gallego, es la única excepción al régimen", dice O Muxo. Y recuerda "Al momento de su conformación, su consejo directivo era integrado por 4 personas, dos representando a la Fundación Galicia Saúde, que era la gerenciadora de la asistencia sanitaria del Centro Gallego, una por el gobierno de España y una cuarta por la Xunta de Galicia. En el año 2011, después de desvincularse la Xunta de Galicia de la Fundación Galicia Saúde, la sede de OSPAÑA fue desplazada del Centro Gallego a una nueva dirección. Desde el primer día, personal de la misma se dedicaba a realizar llamadas telefónicas a socios del Centro ofreciéndole condiciones para asociarlos en condiciones más ventajosas que las que tenían en su mutual, en un claro intento de perjudicar económicamente a la entidad que en origen debieran salvar, provocando un importantísimo vaciamiento de socios y sus lógicas y nefastas consecuencias económicas. Pero aún faltaba lo más obsceno. En el año 2015, el gobierno de España y la Xunta de Galicia, a través de sendas notas del Embajador del reino y del Secretario Xeral da Emigración del gobierno gallego, propusieron a las autoridades de OSPAÑA, una reforma de su estatuto que desplazase al Centro Gallego de la misma, reemplazandolo por una Mutual creada al efecto y que, curiosamente, tenía los mismos directivos que OSPAÑA, incluyendo lógicamente al Delegado de la Xunta de Galicia y a quien era Consejero de Empleo y Seguridad Social de España, don Santiago Camba Bouzas." Una clara maniobra de vaciamiento.

Interrogado sobre si tiene previsto o tuvo algún encuentro con el secretario general de Emigración de la Xunta o algún otro representante del Gobierno Gallego, el nuevo presidente del Centro Gallego responde "Al señor Alberto Núñez Feijóo le entregué una carta en mano, vinculada al tema, el 23 de abril de 2016. A don Antonio Rodríguez Miranda, le solicité una entrevista radial, a principios del corriente año, que no aceptó concretar. Con ambos estaría encantadísimo de encontrarme, en mi condición de presidente del Centro Gallego y principalmente de gallego. Claro que ellos debieran mostrar algún tipo de interés, lógicamente, en el caso del señor Presidente contestándome la añeja misiva y en el del Secretario Xeral da Emigración, reconociendo que no está nada bien rechazar a un medio de prensa que desde hace más de 20 años está inserto en la colectividad gallega en la Argentina." 

Mientras sigue el debate en España y en la comunidad de inmigrantes gallegos, también las autoridades argentinas miran para otro lado, como si la historia del Centro Gallego de Buenos Aires no fuese también parte importantísima de nuestra propia historia, que hizo a estos barrios y al país. Quizás piensen que su decadencia sea un fenómeno natural, como tantas otras cosas dañinas que ocurren en nuestro país.


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