Buenos Aires, 4 de setiembre de 2018. Dos componentes tóxicos presentes en la polución del aire, producto en su mayoría de las emisiones del caño de escape de colectivos y camiones, se midieron en distintas fechas en más de cinco barrios porteños. En todos los casos se superaron los límites establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Para el activista Ingo Boltz de Greenpeace, "es preocupante la exposición que reciben quienes transitan estas zonas cotidianamente: el 31% de todas las mediciones de NO2 violan los límites de la OMS y peor aún sucede con el caso del PM2.5, materia que podemos considerar venenosa por sus graves efectos a la salud y que en el 72% de las mediciones superó los límites".

Asimismo, la organización ambientalista señala que el sistema de medición de calidad del aire del gobierno porteño es insuficiente ya que cuenta solamente con tres estaciones de medición, mientras que ciudades tan grandes como Buenos Aires en Latinoamérica cuentan con diez o más. A su vez, las mediciones locales dejan por fuera sustancias como el PM2.5 muy riesgosas para la salud. La OMS establece el límite de exposición crónica a PM2.5 de 10 ?µm/m3 promedio anual. Sin embargo, durante el estudio Greenpeace encontró valores hasta tres veces mayores.

Entre las cifras más altas está la muestra tomada en las cercanías de la Escuela Infantil N° 5, donde también funciona la Escuela Primaria número 16 Presidente Mitre, en la esquina de Sarmiento y Pueyrredón del barrio de Balvanera, que llegó a un promedio de 35.6 ?µm/m3.

Por otro lado, el punto cerca del Jardín Integral Nucleado C, donde también funciona la Escuela Primaria N° 1, en el barrio de Recoleta, llegó a los 22.2 ?µm/m3 y el aire medido junto al Hospital Pediátrico Dr. Elizalde, ex Casa Cuna, en el barrio de Constitución, llegó a 18.04 ?µm/m3.

Entre los efectos dañinos para la salud por inhalación continua de PM2.5 se encuentran las enfermedades respiratorias como el asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), cáncer, enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares (ACV). Las cifras de la OMS indican que 7 millones de personas mueren anualmente en el mundo por la contaminación de aire. En la ciudad no hay estadísticas al respecto.

Para visibilizar el problema que denuncian, el 30 de agosto integrantes de Greenpeace hicieron un acto en el Obelisco. Caracterizaron enfermedades respiratorias consecuentes a la contaminación del aire en CABA, ataviados con indumentaria hospitalaria. "El aire en la ciudad nos enferma" fue el reclamo de la organización ambientalista. 

"Desde Greenpeace exigimos aire limpio ya. Los porteños están expuestos a altos niveles de tóxicos, producto en su mayoría de las emisiones de gases de colectivos. Mientras el transporte público dependa de la quema de combustibles como el gasoil, respirar en la ciudad es una amenaza para todos. Los últimos resultados de nuestro estudio son alarmantes y creemos que son indicadores para que el gobierno se ponga del lado de la salud de las personas", afirmó Laura Vidal, una de las coordinadoras de la campaña.

En marzo se había adelantado que empezarían este año las pruebas de colectivos eléctricos para reemplazar los actuales, tan contaminantes. Según lo anunciado, las líneas 12, 34, 39 y 59 estrenarán colectivos eléctricos antes de fin de año. Los usuarios podrán utilizar ocho unidades, con distintas tecnologías de carga y proveedores, poniéndolos a prueba por un año en el tránsito porteño. 

"El objetivo de la prueba piloto es evaluar la viabilidad técnica de esta nueva forma de movilidad, así como su viabilidad operativa, económica y ambiental. Los resultados, que serán evaluados junto al Banco de Desarrollo para Latinoamérica (CAF), serán una herramienta clave para la adopción de un plan a mayor escala en el Área Metropolitana de Buenos Aires que, con unos 18.000 colectivos, tiene una de las flotas más grandes de la región", indicaron en el Ministerio de Transporte de la Nación, en cuya sede se hizo el anuncio oficial. Además de no contaminar el aire, los vehículos eléctricos son silenciosos, con lo que se reduce otro aspecto de la contaminada vida porteña.

Norberto Alonso

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