Buenos Aires, 7 de agosto de 2018. La reivindicación de la obra de Leopoldo Marechal y el homenaje a su figura se vuelven más significativos por estos días al cumplirse 48 años de su muerte, ocurrida en su casa el 26 junio de 1970 cuando estaba en imprenta su novela Megafón o la Guerra, llegada a las librerías un mes después. Fue uno de los más grandes escritores argentinos al que le tocó sufrir el castigo de la censura y el olvido por su declarado apoyo al peronismo, a punto tal que, no sin humor, se autotituló "el poeta depuesto", participando de hechos de hechos cruciales de la resistencia contra la Revolución Libertadora.

Leopoldo Marechal fue un hombre de Balvanera. Siendo adolescente ingresó a la Escuela Mariano Acosta desde la que egresó años después con el título de Profesor de Literatura. En los primeros años de la década de 1920 asistió semanalmente junto a Jorge Luis Borges, Xul Solar y Raúl Scalabrini Ortiz a las tertulias que organizaba Macedonio Fernández en La Perla del Once.

En 1931 conoció a la profesora de Letras María Zoraida Barreiro con la que se casó en el 34. Vivieron en México y Loria y años más tarde se mudaron a un departamento de Rivadavia al 2300, donde el poeta vivió hasta el día de su muerte. 

La mañana del 17 de octubre de 1945, cuando la masa de trabajadores marchó bajo su departamento cantando "Yo te daré, te daré patria hermosa/ te daré una cosa/ una cosa que empieza con P... Perón", a Leopoldo Marechal, como a muchos, le cambió la vida. Yrigoyenista primero, socialista más tarde, amigo tanto de izquierdistas como de nacionalistas, esa mañana bajó a la calle y se confundió con la multitud que el progresismo repudiaría. 

El 17 de octubre constituyó un punto de inflexión no sólo en su producción literaria sino en lo existencial. Años más tarde declararía que "esa masa que no condecía con el ideal proletario de la izquierda, que no tenía hasta entonces ni representación ni cauce, era ni más ni menos el pueblo con ´las patas en la fuente´ que los ilustrados se negaban a ver". 

Su esposa falleció en 1947 dejando dos hijas pequeñas, María de los Ángeles y María Magdalena Marechal, quienes hoy dirigen la Fundación Leopoldo Marechal.

                                                                                                              

                                                                                                                    Norberto Alonso

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