Buenos Aires, 31 de julio de 2018. Los robos callejeros de teléfonos celulares en la Argentina llegan ya a un promedio de cinco mil hechos por día, en la mayoría de los casos por falta de cuidado de las víctimas al exhibir sus aparatos en la vía pública. Los celulares son el objetivo de los pungas en colectivos, trenes y subtes. También de ladrones armados y arrebatadores callejeros. Es un delito que en muchas ocasiones terminan de manera fatal. Este delito crece año a año y parece que no hay manera de detenerlo.

La principal razón por la que esta modalidad de robo va en aumento es porque los smartphones son fáciles de ubicar en el mercado negro. La base del negocio se sostiene sobre el hecho de que el precio de reventa de un celular robado es mucho mayor al de la adquisición. Un ladrón de a pie obtiene algunos pesos por un teléfono en las galerías de Once, que luego será vendido por más del doble.

Sin embargo, ese precio en el que se venderá el teléfono en la galería, está lo suficientemente por debajo del que tiene en el circuito legal -alrededor de un 50% menos, un poco más en el caso de los de alta gama-, lo que es un gancho necesario y suficiente para atraer a los compradores y también para vender rápido equipos que fueron obtenidos ilegalmente.

Según el ministerio de Seguridad de la Ciudad, sólo en los últimos dos meses se registraron 130 locales de venta de celulares. Se secuestraron durante esos operativos 439 teléfonos, fueron detenidas 80 personas y se concretaron 92 clausuras. También en los últimos dos meses, se detuvieron en la Ciudad a 78 personas por la posesión de dispositivos robados en locales de venta o reparación de telefonía celular.

Fuentes cercanas a esa cartera remarcaron que son muy pocas las víctimas que denuncian el robo de teléfonos. El dato importa si se tiene en cuenta que influye directamente en el número de hechos registrados oficialmente y en la persecución de los delincuentes.

Palermo encabeza la lista de barrios en los que más robos de celulares se producen. La misma zona fue señalada en ese sentido por el Mapa del Delito, como donde ocurren la mayor cantidad de "robos y hurtos" en la Ciudad. 

Según la última actualización del Mapa del Delito, en el barrio de Palermo se registraron el año pasado un total de 5.353 robos, 318 más que en el 2016, y si bien se ubica primero entre los cinco barrios con mayor índice de inseguridad respecto del año anterior, es el único en el que la tendencia se dio hacia arriba.

El segundo barrio con más robos registrados en 2017 fue Balvanera, con 3.848 casos (840 menos que en 2016); el tercero Flores con 3.707 (811 hechos menos); el cuarto Caballito con 3.379 (bajando en 434 el número) y el quinto Recoleta, con 3.095 (186 menos).

Con un registro que asocia la identidad del usuario con su dispositivo, buscan que los teléfonos no vuelvan a ingresar a la red de telefonía una vez que son robados. Al respecto un funcionario dice "El 80 por ciento del parque de teléfonos de la Argentina son teléfonos sin abonos. Es decir, prepagos. Esto implica que el teléfono no está asociado a ninguna persona. Cuando se roba ese aparato, vuelve a circular. Ahora se está trabajando en un plan de nominalización. Con este proceso, la persona llama a la empresa y se identifica con su teléfono. Una vez que esa identidad se da de baja, eso hace que no se pueda reconectar a ese teléfono robado en la red de telefonía. La idea es tratar de asimilarlo a los bienes muebles registrables".

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