Buenos Aires, 3 de abril de 2018. A partir de entonces María Ponce dedicó su vida a la búsqueda de Alicia, al tiempo que entablaba una dura batalla judicial para recuperar a Soledad. Ambas causas la llevaron a reunirse con otros familiares de desaparecidos en la Iglesia de la Santa Cruz, de Urquiza y Carlos Calvo, fundando el grupo de Madres de Plaza Mayo.

El 18 de abril de 1977 María logró encontrarse con la hija de su sobrino asesinado. Por esos días Gustavo Niño, quien decía tener un hermano gemelo desaparecido, comenzó a asistir a las reuniones del grupo de la Santa Cruz, aunque su objetivo fue infiltrarse en Madres de Plaza de Mayo. Era en realidad el capitán de fragata de la Armada, Alfredo Astiz, quien el 8 de diciembre del 77, al mando del Grupo de Tareas 3.3.2 secuestró en la iglesia a un grupo de doce personas, entre las que se encontraba María Ponce de Bianco, junto con las otras fundadoras de Madres de Plaza de Mayo Azucena Villaflor y Esther Ballestrino de Careaga, y las monjas francesas Alice Domon y Léonie Duquet. 

Fueron llevadas al Centro Clandestino de Detención ubicado en la Escuela de Mecánica de la Armada, torturadas durante aproximadamente 10 días, y luego trasladadas desde Aeroparque en un avión de la Marina y arrojadas vivas al mar. 

El 20 de diciembre aparecieron varios cadáveres provenientes del Atlántico en las playas de Santa Teresita y Mar del Tuyú. Los forenses determinaron que la causa de muerte había sido el grado de las fracturas óseas por "el choque contra objetos duros desde gran altura", y los cuerpos fueran enterrados como NN en el cementerio de General Lavalle. 

En 1984, en el marco de la creación de la CONADEP y el Juicio a las Juntas, se habían realizado excavaciones allí, encontrándose gran cantidad de restos óseos provenientes de los cadáveres hallados en las playas y en 2003 se localizaron nuevas tumbas de NN, ubicándose 8 esqueletos. Los resultados de laboratorio determinaron que correspondían al grupo de secuestrados por Astiz y que uno de los restos identificados pertenecía a María Ponce, quien fue sepultada en el jardín de la Santa Cruz el  24 de julio de 2005.

Un año después, Alfredo Astiz fue procesado con prisión preventiva por la desaparición del grupo de la iglesia y otros seis casos de secuestros y torturas. El 23 de abril de 2014 la Cámara de Casación Penal confirmó la condena de cadena perpetua por los crímenes de lesa humanidad cometidos en la ESMA durante la última dictadura solicitada para él en 2011 por el TOF 5. 

En 1990 Francia había juzgado en ausencia a Astiz condenándolo a prisión perpetua por el secuestro y asesinato de Alice Domon y Léonie Duquet. Hoy este genocida está preso en el penal de Ezeiza, y que a nadie se le ocurra que deba salir de allí algún día. Su lugar es la cárcel.

                                                                                                                          Norberto Alonso

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