Editorial | Una década en el poder

El verano de Larreta

Después de diez años en el poder porteño, el PRO tendrá por fin mayoría propia en la Legislatura y Rodríguez Larreta podrá gobernar casi sin oposición a la vista. La poca que hay, si no se deja vencer por la tentación de negociar por unos garbanzos su voto cómplice, apenas trasciende por el silenciamiento que le impone un sistema monopólico de medios que oculta bajo la alfombra todo lo que no le conviene al poder de turno.
Buenos Aires, 5 de diciembre de 2017. Limpio el panorama de cuestionamientos molestos, la lógica de los negocios inmobiliarios tendrá su verano a pleno sol. Será más caro vivir en Buenos Aires, pero muchos se beneficiarán con sus aires modernos y sus códigos estéticos. Los únicos nubarrones en el horizonte están fuera del control local y dependen de la suerte internacional del proyecto que comanda Mauricio Macri. 

La lluvia de inversiones se focalizó en los títulos de la deuda, pero ya empieza a amainar. Los que ven a nuestro país como una oportunidad para inversiones con un retorno anual en dólares superior al doble de la región, también perciben que los riesgos empiezan a ser muchos, porque la economía no arranca y las exportaciones acumulan cada mes más déficit en relación con las importaciones, y a los argentinos les resulta más atractivo en pesos, vacacionar en el extranjero que en San Clemente. Además de los que aprovechan la ola para poner su plata a resguardo, lejos de la AFIP y la próxima crisis que se viene, fugando todo lo que pueden.

Larreta lo sabe, porque participa del juego y trata de resguardarse como puede. Por empezar, disminuir la deuda pública en dólares. La ciudad logró en estos meses bajar su deuda en dólares a un 53%, cerca del objetivo que se había trazado de lograr un equilibrio entre compromisos en pesos y monedas extranjeras. En la misma línea, se harán algunos ajustes adicionales, que serán soportados principalmente por los salarios de los empleados públicos, que subirán por debajo de cualquier medición de la inflación y en el gasto social que se mantendrá alineado con las proyecciones oficiales de crecimiento del índice de precios. 

La salvedad será que aumentará la presión de la demanda, al menos en el caso de salud, por la desactivación del Programa Federal (PROFE), que daba cobertura a los que logran una pensión no contributiva y de los mismos jubilados, con medicamentos recortados por el PAMI y sufriendo una escalada de precios que duplicó su costo en los primeros dos años de gestión macrista. Ir a buscar en el hospital público una respuesta cada vez más anémica, es el camino que muchos están tomando.

La reacción de los afectados no preocupa de momento, gracias al blindaje logrado con la votación histórica de la mano de Elisa Carrió. Es ella la que enciende las alarmas. Cada vez más impredecible en sus dichos y en su conducta política, puede arremeter contra sus socios en cualquier momento, si así lo considera. Más cuando el objetivo principal de la coalición que articularon parece haberse alcanzado. El peronismo deberá recorrer un largo camino para la recomposición de su unidad y, mientras eso sucede, habrá mucho margen para negociar todas las reformas que pretenden los impulsores de Cambiemos. Empezando por la triple previsional, laboral y tributaria, que elevaron para su debate en el parlamento nacional. 

La magnitud de las resistencias que deban superar ante el paquete que impulsan, les dará un indicio cabal de cómo estarán los tiempos por venir para su accionar político. Por lo pronto, disfrutan de un ejercicio casi pleno de poder, gracias en parte a los votos y en otra, a que son el verdadero poder de la sociedad. 

Lic. Gerardo Codina



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