Comunales | Los maniquies de Once protagonistas

Sietecase fotógrafo

Los maniquies siempre tienen una presencia inquietante. En nuestras fantasías pueden cobrar vida o ser objeto de nuestro enamoramiento, como en la vieja canción de Serrat. Al periodista Reinaldo Sietecase, vecino del barrio en una zona repleta de negocios que se especializan en su comercialización, le despetaron otra pasión. Empezó a fotografiarlos hasta reunir cerca de 300 imágenes. Ahora toma forma de libro con el título de "Desnudos en la vidriera".
Buenos Aires, 21 de noviembre de 2017. En un reportaje que le hiciera el diario La Nación comenta Sietecase "Son mis vecinos silenciosos". "Están ahí, esperan, permanecen"; se los ve seduciendo, se los ve pobres, sonrientes pero tristes, entregados. Reynaldo Sietecase retrata en su libro "Desnudos de vidriera" a los maniquíes que están a la venta en su barrio, Balvanera. En una serie de fotos y en un largo poema que puede leerse como embriagadora música de fondo, el escritor y periodista logra capturar cierto "aire misterioso" en esa inmovilidad. Esas siluetas de cartón piedra que están a la venta, interpelan, son cuerpos inquietantes, "vecinos silenciosos" pero presentes y, de alguna forma, observadores. "Están ahí, esperan, permanecen", enuncia la voz del poeta, que no es ajeno a ese paisaje de siluetas.

La inspiración nació al descubrir un rincón de Buenos Aires que no es muy conocido. Rincón al que llegó de casualidad. "Me mudé a un lugar de Balvanera, entre Once y el Abasto, hace tres años. Mi edificio está sobre la calle Lavalle. Es muy bello, tiene casi cien años, y me dijeron que alguna vez fue de la familia Mitre. Está rodeado de una veintena de negocios que venden maniquíes, no como soporte de vestimenta, sino como objetos de venta. Lentamente esos muñecos desnudos, de todas las formas y edades, fueron captando mi atención. Y comencé a fotografiarlos con el teléfono. Pero ni soñaba con un libro. Un día mientras estábamos buscando imágenes para la tapa de mi última novela (No pidas nada, de Editorial Alfaguara), le comenté a mi editora Julieta Obedman que tenía fotos de maniquíes. Me pidió verlas. No podía creer, tenía una colección de cerca de 300 tomas. Me dijo que le parecía un ensayo fotográfico muy atractivo y me propuso publicarlo. A partir de esa charla, esta modesta obsesión de un curioso que camina por su barrio empezó a tomar formato de libro", cuenta Sietecase.  


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