Historias de nuestra comuna | Un rincón con historia

El pasaje Colombo

Buenos Aires, 9 de agosto de 2017. La edificación tuvo como
responsable al arquitecto alemán Carlos Heynemann, quien trabajó en otras
importantes obras, entre ellas el Museo de Ciencias
Naturales de la Plata perteneciente a la Facultad de
Ciencias Naturales y Museo de la Universidad Nacional
de La Plata, y culminó su construcción en 1893.

Con uso exclusivamente residencial, el pasaje tiene entrada
por la Avenida
Rivadavia
al 2431, recorre 30
metros
en el interior de la manzana, gira
90º y llega a su salida, desembocando en Azcuénaga 34.
Su planta en “L” deja una pequeña manzana libre en la
esquina.



Este lugar formó parte de las tierras de la quinta de uno de
los primeros pobladores del barrio de Balvanera, Don.Antonio González Varela, el
Miserere. Una placa del año 2005 de la Junta de Estudios Históricos de
Balvanera ubicada a la entrada del pasaje lo recuerda con esta inscripción:
“Esta manzana formó parte principal de la quinta de Antonio González Varela,
apodado Miserere, un pionero del barrio”



El pasaje tiene uso exclusivamente residencial. La reja de la
entrada
y los gruesos portones de hierro no son originales, y fueron anexados años atrás por
razones de seguridad.
Las puertas de
entrada a las viviendas, se destacan por su buen diseño y muchas conservan
todavía un llamador de mano. El pavimento, típico de un solado peatonal, es de
baldosa calcárea de vereda y contribuye a que la manzana no pierda continuidad.
Una de las calles remata en un pequeño departamento con acceso independiente
destinado a portería, una pequeña vivienda recostada contra la medianera,
con techo a dos aguas, coronada por una lanza, la que constituye la particularidad del Colombo.



El pasaje tiene un subsuelo, una planta baja
con unidades interiores destinadas a vivienda y una decena de locales de uso
comercial, y además otras cuatro plantas superiores con unidades de tres a ocho
habitaciones. Esta distribución se debe a que en la época de su construcción se
buscaba crear nuevas unidades habitacionales, ampliando la capacidad de la ciudad
para la construcción de nuevas viviendas, por lo que se crearon calles dentro
de manzanas, naciendo así gran cantidad de pasajes. En la planta baja las
unidades destinadas a uso comercial fueron presentando deformaciones,
modificaciones de vanos, con inclusión de gráfica y marquesinas que alteraron
el diseño original con fuerte contaminación visual y afectaron la vista del
edificio.



En 1997 el lugar fue
declarado como sitio del patrimonio edilicio de la ciudad de Buenos Aires e
incluido dentro de las Áreas de Protección Histórica. Dada
su particular
fisonomía, el pasaje Colombo es requerido usualmente como escenario en
películas y avisos publicitarios, como sucede con el pasaje La Piedad del
barrio de San Nicolás.
 



                                                                                  



                                                
                                                                   Norberto
Alonso










Compartir nota en las redes sociales Enviar Imprimir

Dejanos tu comentario