Comunales | Aplauso de la comunidad educativa, “impedimentos” del Gobierno

El regreso de Papalardo al Mariano Acosta

Buenos Aires, 9 de agosto de 2017. Raquel
Papalardo, histórica rectora del instituto Mariano Acosta, ubicado en la
esquina de Urquiza y Moreno de Balvanera, está de vuelta en su despacho. Luego
de ser cesada de oficio por el Gobierno de la Ciudad a través del Ministerio de
Educación que encabeza Soledad Acuña, regresó al primer piso de la centenaria
institución. La comunidad educativa celebra este regreso, pero fuentes
oficiales enfatizan que ella “está cesada y ya le salió la jubilación” y que el
antiguo vicerrector, Daniel Altamiranda, es la autoridad a cargo. Al cierre de
esta edición, las clases continuaban con normalidad.

Raquel
Papalardo se desempeñó como rectora de la institución durante una década.
El viernes 30 de junio recibió una cédula que le comunicaba su cesantía en el
cargo. El centro de estudiantes del Acosta así lo resumió: “Fue en mayo que,
por apoyar una medida nuestra y denunciar públicamente la entrada de los
policías a los colegios, le informaron (a la rectora) que los papeles para su
jubilación estaban listos y que vaya a firmarlos”.



Es que a
fines de abril una partida de uniformados acudió al establecimiento para
prevenir un presunto corte de calle cuando en realidad iba a haber una clase
pública en el patio enrejado que da a Urquiza. Esa misma jornada, un policía
ingresó armado a la
escuela. Tras
estos hechos que fueron denunciados por
Papalardo, el Gobierno dio el cese administrativo a la rectora. Es más, el
aula magna del Acosta fue el lugar elegido para que legisladores del Frente
para la Victoria presentaran un proyecto de ley que regule el acceso de
uniformados a escuelas porteñas, a raíz de lo vivido en esta casa de estudios.
La rectora fue una de las oradoras de la jornada.



El último
lunes de julio Papalardo, como hizo en todos estos años, ingresó por el patio
principal y luego encaró las crujientes escaleras hasta llegar al salón amplio
de rectoría. Ya desde la planta baja en aquel regreso dijo unas palabras
alusivas que fueron ovacionadas por alumnos, docentes y padres que siguieron
con inquietud todas las novedades ocurridas desde fines de junio.



Una vez en
su despacho, dejó unas palabras para la comunidad educativa: “Queridos alumnos
de nivel medio. Hoy me constituí en la escuela para cumplir el rol de rectora
ya que, a pesar del cese administrativo, me han pagado el mes de julio. Creo a
mi entender y lo que dijeron mis abogados, que debo constituirme para ejercer
mi rol de directiva. He recibido un enorme afecto cuando llegué”.



“Quiero
decirles que estoy acá en defensa de los derechos de los niños, niñas y
adolescentes, los directivos y todos los docentes tenemos que dar ejemplo.
Tenemos que dar ejemplo de que todo lo que hacemos lo hacemos en favor de
nuestros niños y para que ellos aprendan muchas cosas. Que la vida nos pone en
lugares difíciles, pero no hay que abandonar la lucha. La lucha que se
pierde es la que se abandona. Gracias por recibirme como me recibieron”,
agregó.



Sin
embargo, la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE) denunció que Papalardo
se encontró con distintos impedimentos para desarrollar la tarea: “En la
oficina de Rectoría y Secretaría faltaban, además del sello de la Rectora,
distintos libros de actas que deben estar bajo el resguardo de la máxima
autoridad del establecimiento y el Libro de Firmas del personal estaba alterado
sobre la firma de Papalardo correspondiente al día lunes”.



“El
Vicerrector, Daniel Altamiranda, ante los padres y madres presentes, alegó que
las autoridades del Ministerio le ordenaron tomar posesión de esos materiales y
alterar el Libro de Firmas. Sin embargo, no presentó ninguna documentación ni
orden escrita que avalara sus dichos. En virtud de esta ausencia de actos
administrativos que modifiquen su relación laboral que es reconocida en
términos salariales por el Gobierno porteño y con un gran apoyo de familias y
estudiantes, Raquel Papalardo denunció los impedimentos generados por la
gestión macrista en un acta firmada por padres, madres y docentes y continuó
con sus tareas pedagógicas al frente de la institución”, agregaron.



Por su
parte, el Consejo Directivo, órgano de co-gobierno del Nivel Terciario
“reconoció a Papalardo como máxima autoridad de la escuela hasta su jubilación
que, como para todos los docentes, se hace efectiva al momento de percibir el
primer haber jubilatorio”.



Mientras
las muestras de cariño se hacían más intensas en Balvanera, el Gobierno porteño
se anotició de la presencia de Papalardo. Ese mismo día, por la tarde, personal
del Ministerio de Educación se hizo presente en el colegio acompañado por un
escribano. Los funcionarios desconocieron la autoridad de Papalardo e
informaron a los diferentes departamentos del colegio que el antiguo
vicerrector, Daniel Altamiranda, es la nueva autoridad a cargo.



Sobre el
depósito del sueldo del mes de julio al que alude Papalardo, en el Ministerio
de Educación dijeron que continuar pagando el sueldo hasta que el docente
comience a cobrar su jubilación es un paso habitual en el proceso de retiro.
Algunos representantes de Ciudad llegaron a decir en forma extraoficial que
Papalardo había “tomado” el colegio y que el Mariano Acosta, con ella adentro,
“tenía dos rectores” a la vez.
Al
cierre de esta edición, los alumnos del nivel secundario
del colegio se encontraban en estado de asamblea para respaldar a la rectora.



 



                                                                                                                         Juan Castro



 


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